Aseguró que “no hay desarrollo posible si se sigue cargando con impuestos al interior productivo”, y apuntó especialmente contra las retenciones agropecuarias y la falta de devolución de fondos coparticipables a la provincia.
“El campo ha demostrado en cada crisis que es el que saca adelante al país, pero las retenciones ya cumplieron un ciclo. Necesitamos un plan de reducción hasta su eliminación definitiva”, sostuvo el funcionario, quien además señaló que la presión tributaria no se ve reflejada en obras o inversiones que beneficien a Santa Fe. “Parece que se reparte más en el conurbano que en las provincias productivas”, disparó el funcionario en declaraciones radiales.
Puccini valoró que, en algunos casos, el gobierno nacional haya escuchado los reclamos del gobernador Maximiliano Pullaro y otros mandatarios de la región centro. Entre ellos, destacó la eliminación de retenciones a la lechería y la no renovación de la sobretasa del BCRA a productores con stock. Pero remarcó que estos gestos deben sostenerse en el tiempo. “Pedimos que la baja momentánea de retenciones se mantenga después del 30 de junio, y que haya una hoja de ruta clara hacia la quita total, también para la industria”, afirmó.
El ministro también denunció un fuerte desbalance en la distribución de recursos. “Por retenciones a la soja, Santa Fe aporta millones de dólares que después no regresan. Si no existieran, a los productores santafesinos les quedarían casi 960 millones de dólares. Eso equivale a construir tres puertos como el de Timbúes”, ejemplificó.
En la previa del encuentro de gobernadores en Paraná, anticipó que los reclamos impositivos volverán a estar sobre la mesa. “Esperamos que el gobierno nacional tome nota. De los $167.000 millones que aportamos por el impuesto al combustible, apenas volvieron $40.000 millones. Eso no es federalismo”, cuestionó.
Sobre la reciente decisión del Gobierno Nacional de liberar la importación de maquinaria agrícola usada, Puccini se mostró crítico: “No nos oponemos a la apertura comercial, pero tiene que ser inteligente. No puede convertirse en la puerta de entrada del descarte de otros países”. Y añadió: “Nosotros apostamos a la producción nacional, a la tecnología santafesina. Si queremos que la industria compita, bajemos los aranceles a los insumos que no se fabrican en el país”.
El ministro concluyó señalando que detrás de cada máquina, cada fábrica y cada cereal que se exporta, hay trabajo argentino. “El interior productivo no pide privilegios, pide reglas claras y previsibilidad para crecer y generar empleo”.