En unos 60 o 90 días la cárcel de Piñero podría contar un sistema inhibidor perimetral, con una cobertura del 100% de las instalaciones. Así lo adelantó Walter Gálvez, secretario del Servicio Penitenciario de Santa Fe, en una entrevista con CNN Radio Rosario. La incorporación de tecnología se dio a través de un proceso licitatorio internacional, en el que quedó adjudicada una firma israelí.
Según indicó Gálvez, el equipamiento se obtuvo luego de firmar varios acuerdos con INVAP. En total, se adquirieron diez equipos los cuales se distribuirán entre las ocho torres perimetrales y el resto se reservarán para eventuales ampliaciones o correcciones del área de cobertura.
El secretario apuntó que ya se encuentra abonado el 60% del valor de la compra de los equipos. El tiempo límite establecido por el pliego para su instalación está estipulado para la primera quincena de junio. Sin embargo, aclaró que “por las gestiones que se están haciendo y por la necesidad imperiosa de contar con los inhibidores” se estima que podrían quedar operativos en unos 60 o 90 días a partir del 15 de febrero.
La nueva tecnología se sumará a una serie de incorporaciones con el fin de dificultar la comunicación desde el interior de la cárcel. Así, Piñero contará con un control selectivo a cargo de la policía especializada, un cordón con bodyscan, una cinta transportadora de equipaje y bultos con rayos X y un arco detector de metales, además de la requisa rutinaria con la que ya contaba el servicio penitenciario.
“Creo que cuantos más obstáculos se interpongan, mayores beneficios vamos a tener. Queda el tema de las visitas y la conversación con familiares, amigos y profesionales legales. Sin embargo, los inhibidores serán un obstáculo importante”, consideró Gálvez.
Por otro lado, el sistema penitenciario afronta el problema de la superpoblación de sus instalaciones. En este momento, graficó el secretario, Santa Fe se encuentra excedida en unos 2000 internos por sobre su capacidad. Se estima que en treinta días se inauguren unas 580 plazas en la subunidad número 13, un complejo de seis pabellones ubicado en el departamento La Capital. Mientras tanto, Gálvez reclamó que “hay unos 500 presos que están en cárceles santafesinas y que deberían estar en cárceles federales”.
En lo que respecta a los ingresos y egresos, el funcionario explicó que durante la pandemia las diferencias fueron mínimas y se llegó a una sobrepoblación de unos 600 internos. Sin embargo, aclaró que ampliar la capacidad del sistema resulta una tarea difícil, principalmente porque la mayoría de las ciudades no desean instalaciones carcelarias en sus perímetros.
Sumado a este dilema, tampoco es sencillo encontrar personal deseoso de trabajar en ellas. “Actualmente, el salario medio para los trabajadores del servicio penitenciario ronda los 180 o 200 mil pesos”, explicó. Por su parte, los empleados de Piñero reciben un “plus” por la peligrosidad de la tarea que afrontan. En cuanto a las horas extraordinarias, se fijó un precio de 130 pesos. “En relación a la tarea, los salarios no son muy altos”, lamentó el secretario.
Por último, concluyó: “Estamos esperanzados en la incorporación de estos dispositivos. Lo peor es no hacer nada y lo mejor es tratar de intervenir con todas las herramientas que están a nuestro alcance”.