El mameluco azul de YPF, usado tradicionalmente por operarios de la petrolera en yacimientos y plantas industriales, se transformó en un fenómeno inesperado. Todo comenzó cuando Javier Milei lo lució durante su visita a Vaca Muerta, en el yacimiento de Loma Campana, y luego confesó que lo adoptó como “uniforme diario” para trabajar en la Quinta de Olivos. La tendencia estalló cuando el Presidente volvió a aparecer con la misma prenda en su viaje a Oslo, donde participó de la ceremonia de entrega de los premios Nobel.
La exposición mediática generó un efecto inmediato: el mameluco se agotó en pocos días entre empleados, coleccionistas, simpatizantes y curiosos que buscaban replicar el look presidencial. Ante la demanda creciente, la compañía decidió comercializarlo oficialmente.
YPF confirmó que el mameluco ya está a la venta en sus tiendas Full, presentes en 1.680 estaciones de servicio de todo el país. El precio inicial es de 100.000 pesos, aunque la compañía aclaró que puede variar según disponibilidad. La prenda se ofrece en diferentes talles y forma parte de una nueva línea de indumentaria corporativa orientada al público general.
El furor se intensificó luego de que Milei contara, en una entrevista con Neura, el origen de su fanatismo:
“Todos los días en Olivos estoy vestido con unos mamelucos que me regaló Horacio Marín, de YPF. Los descubrí cuando fui a Vaca Muerta”, relató el mandatario.
Sus apariciones públicas con el mameluco, primero en Neuquén y luego en Noruega, impulsaron un nivel de interés que sorprendió incluso a la petrolera.
Una nueva estrategia comercial de YPF
La venta del mameluco se inscribe en un plan más amplio de YPF para potenciar sus ingresos ligados a las estaciones de servicio. La compañía no solo incorporó indumentaria corporativa, sino que amplió la oferta gastronómica de sus locales Full, incorporando productos regionales y nuevas propuestas para reforzar la identidad de cada punto de venta.
En paralelo, la petrolera avanza con una expansión inédita: abrirá su primera tienda Full fuera de una estación de servicio, en un edificio histórico del microcentro porteño. Además, incorporó herramientas de inteligencia artificial para analizar el comportamiento de los consumidores y personalizar la experiencia de compra.
Con el mameluco ya convertido en ícono pop y objeto de marketing, la petrolera apuesta a capitalizar el fenómeno. Por ahora, el modelo oficial está nuevamente disponible, aunque la demanda sostiene el entusiasmo: es probable que el furor continúe mientras Milei siga eligiendo la prenda como su indumentaria predilecta.
