“Desde el año pasado marcamos que las balaceras se ordenan desde la cárcel y no cambió nada”

La fiscal a cargo del área especializada en ataques con armas de fuego exigió mayores controles en las unidades penitenciarias

En las últimas horas, una metalúrgica de la zona sur de la ciudad recibió una extorsión antes de ser atacada con armas de fuego. Días atrás, en el noroeste, un mercado barrial pasó por la misma situación. Con anterioridad, se pueden identificar hechos similares sobre carnicerías y concesionarias de autos. Las investigaciones llevadas adelante por la Fiscalía especializada en Balaceras del Ministerio Público de la Acusación, a cargo de Valeria Haurigot, expone en cada investigación que los hechos tienen su planificación en las cárceles, con los cabecillas de las bandas dando órdenes a pesar de estar cumpliendo condena. “Está en decadencia el servicio penitenciario”, afirmó la titular del área. 

En este contexto, Haurigot habló con CNN Radio Rosario y remarcó: “Desde el año pasado marcamos que las balaceras se ordenan de la cárcel. No cambió nada y sigue pasando. El Servicio Penitenciario Federal tiene el mismo o peor problema. Se da en Piñero en Santa Fe, pero también en las personas que están privadas de la libertad en complejos federales”. 

La unidad especializada en ataques a balazos, según contó la fiscal, trabaja “sobre hechos consumados” y cuando avanza en la investigación se encuentran con “conexiones” como la del arma utilizada en el ataque a Virginia Ferreyra y Claudia Deldebbio, la cual también fue utilizada en la balacera al distrito sur, la semana pasada. 

“Nosotros sabemos que cuando están en la cárcel redoblan los esfuerzos para seguir delinquiendo y no perder territorio”, aseguró Haurigot y contó la evolución de la población carcelaria: “Hace 10 años estaba compuesta en su mayoría por infractores a la propiedad que tienen un perfil de convivencia y desde hace un tiempo, se comenzó a conformar con personas ligadas a la narcocriminalidad, que tienen códigos relacionados a dominar la agenda pública y generar miedo”. 

Ante la consulta de si se siente acompañada por los gobiernos y la clase política, la fiscal se sinceró y dijo: “Muchas veces no doy abasto con lo que ocurre en nuestras vidas personales. He recibido amenazas, pero lo diario me tapa el contexto y muchas veces no sé qué pasa a mi alrededor”.  

Por último, instó a mejorar el área criminalística “desde la tecnología que se utiliza para revisar la telefonía celular hasta las investigaciones balísticas”.

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