Rosario es una ciudad atravesada por sus raíces inmigrantes italianas. Basta caminar por sus barrios para escuchar apellidos, ver costumbres y probar sabores que llegaron de ultramar con las primeras generaciones. En ese marco aparece Tana Trattoria, un restaurante que abrió recientemente en la esquina de Urquiza y Mitre, y que se presenta como una auténtica embajada napolitana en el corazón de la ciudad.
La propuesta es clara: pizza y pasta de estilo napolitano, preparadas con recetas simples y honestas, al modo de la nonna. “Creemos que los mejores platos no necesitan trucos. Nacen de ingredientes frescos y de manos que amasan con paciencia y passione. Una cocina que te abraza el alma con cada bocado”, señalan desde la trattoria.
Pero el encanto de Tana va más allá de su carta. El ambiente recrea una atmósfera que parece trasladar por un instante al sur de Italia: ropa colgando en una ventana, paredes de ladrillo visto, cuadros antiguos y, como emblema máximo, un mural de Diego Armando Maradona con la camiseta del Napoli.
No es casual. En Nápoles, Maradona fue más que un jugador: se volvió leyenda. Entre calles angostas, aroma a pizza y el bullicio de una ciudad pasional, el Diego llevó al club a ganar sus únicos títulos de liga, y se transformó en un símbolo social y cultural que trascendió el deporte. “En Urquiza y Mitre nos teletransportamos por un momento a Italia, donde nuestro mural al Diego, la ropa colgando en la ventana y nuestros platos te hacen vivir un momento especial”, cuentan sus creadores.
La trattoria no sólo busca ofrecer sabores tradicionales italianos, sino también transmitir un espíritu: la alegría, la pasión y la identidad que Maradona representó para Nápoles. “Traemos el alma de Nápoles a una esquina de Rosario”, resumen desde el local.
Con un ambiente amplio y familiar, Tana Trattoria ya se ganó reseñas positivas por la calidad de sus platos y por la calidez de su propuesta. En cada pizza que sale del horno, en cada plato de pasta que llega a la mesa, se siente un poco de esa Italia que late fuerte en el corazón de Rosario.
