NOVA Laboratorios cierra el año con múltiples frentes de inversión activos y una estrategia clara: crecer con innovación, sustentabilidad y agregado de valor. Así lo describe su CEO, el ingeniero agrónomo Mauro Piva, quien desde 2015 conduce la empresa de impronta familiar dedicada a la formulación y comercialización de productos para el cuidado y la nutrición de cultivos, además de la producción de enzimas industriales.
Uno de los hitos centrales de este cierre de año es el avance del parque fotovoltaico propio, un proyecto concebido en cinco etapas que ya transita la finalización de la tercera fase. “En este momento estamos terminando de instalar los últimos paneles. Con esta etapa estamos duplicando la capacidad instalada que teníamos sumando las fases uno y dos”, explica Piva.
La ampliación contempla la incorporación de más de 200 nuevos paneles solares, lo que marca un salto significativo en generación de energía renovable. El objetivo final es claro: alcanzar el autoabastecimiento energético una vez completadas las cinco etapas del parque, algo que la empresa proyecta concretar durante el próximo año.
Con el parque finalizado, NOVA podrá cubrir cerca del 85% de su demanda energética total. El porcentaje restante quedará fuera del cálculo inicial debido a otro ambicioso proyecto que no estaba contemplado cuando se diseñó el parque: la construcción de una nueva planta industrial.
Una planta pionera en Argentina
En paralelo al desarrollo energético, NOVA avanza con lo que será un hito para el mercado agroindustrial argentino: la puesta en marcha de la primera planta del país dedicada a la producción de fertilizantes bio-orgánicos.
“Son fertilizantes que combinan bases orgánicas con un consorcio de microorganismos”, explica Piva. Se trata de un producto altamente innovador, con algunos antecedentes a nivel internacional, pero sin producción local hasta ahora.
La empresa aprovechará una estructura edilicia existente y ya se encuentra en la etapa final de adecuaciones. Los equipos —de fabricación nacional— están en proceso de construcción y, si los plazos se cumplen, la línea de producción será entregada en enero para inaugurar la planta en febrero.
En una primera etapa, la producción estará orientada al mercado local, con un fuerte trabajo de desarrollo y validación del producto.
Más inversión, más empleo y más capacidad logística
El dinamismo de NOVA no se limita a estos dos proyectos. La compañía viene de cerrar su balance anual con un crecimiento cercano al 14%, y si se analiza la campaña actual desde agosto a diciembre, el incremento interanual ronda el 20%.
“Este crecimiento está directamente relacionado con la cantidad de inversiones que hicimos en los últimos tres o cuatro años. Hoy esas inversiones empiezan a dar resultados económicos”, destaca el CEO.
Como parte de esa expansión, la nueva planta demandará la incorporación de 20 nuevos puestos de trabajo, organizados en dos turnos. Además, la firma acaba de finalizar la construcción de un nuevo depósito de 1.500 metros cuadrados, con capacidad para 2.100 posiciones de almacenamiento, fortaleciendo su logística y capacidad operativa.
El agro, con clima favorable y más previsibilidad
Consultado sobre el contexto del sector agropecuario, Piva combina la mirada técnica con la económica. “Para mí, el factor más importante es el clima. Podés tener los mejores precios internacionales, pero sin producción no sirve”, señala.
En ese sentido, el escenario actual es alentador: récord histórico de trigo, muy buenas perspectivas para el maíz de primera y un desarrollo favorable de la soja, con lluvias que acompañan los requerimientos de los cultivos.
A esto se suma un entorno político y económico que, según el CEO de NOVA, empieza a mostrar señales positivas. “La reducción gradual de retenciones nos da previsibilidad, y cuando los empresarios tenemos previsibilidad, nos animamos a invertir más”, afirma.
Piva cita un dato clave del INTA para dimensionar el potencial del agro argentino: hoy se aprovecha apenas el 60% del potencial genético de las semillas. “Eso quiere decir que hay un 40% de rendimiento que se pierde por falta de inversión en tecnología, especialmente en nutrición de cultivos”, explica.
Con más previsibilidad y mejores condiciones, el productor puede invertir más por hectárea y aumentar significativamente la productividad sin necesidad de ampliar la superficie sembrada.
“NOVA está creciendo en ese contexto: clima favorable, decisiones económicas que acompañan y una apuesta constante a la tecnología. Creemos que todavía hay muchísimo margen para crecer”, concluye Piva.



























