La industria de la indumentaria atraviesa un momento complejo. Así lo expresó David Bargut, presidente de la Cámara de Indumentaria de la provincia de Santa Fe, al analizar el impacto de las importaciones y el escenario económico actual.
“Hace un año estábamos muy preocupados por lo importado, por el tipo de cambio y demás. Hoy nuestra principal preocupación es la falta de consumo por sobre las importaciones”, explicó Bargut.
Según el dirigente empresario, en la provincia existen marcas y emprendimientos con capacidad para competir, incluso frente a los productos de Asia. “Sabemos competir, queremos competir. Hay una industria armada, con diseño y buena calidad. Pero hoy no hay movimiento en las calles. Si hubiera un manguito más en el bolsillo, podríamos pelearle mano a mano a los productos que vienen de China, Bangladesh o India”, aseguró.
Bargut también advirtió sobre el fenómeno de la “ropa descartable”, que se compra a bajo costo a través de plataformas internacionales. “No es gratis. Ya hay países como Francia que empezaron a tomar medidas por el impacto ambiental y productivo que genera este modelo de consumo”, señaló.
En cuanto a la formación de precios, Bargut explicó que los impuestos y costos financieros tienen un peso decisivo en el valor final de una prenda. “La ropa en Argentina es cara, pero muchas veces no se cuenta toda la historia. Si uno busca en Google hay un gráfico muy claro: una remera partida al medio. La mitad son impuestos, tarifas y financiación. Hay un componente muy importante que son las tarjetas de crédito y las promociones bancarias. Cuando un banco ofrece 30% de descuento, en realidad ese porcentaje lo absorbe la marca, no el banco”, detalló.
Este contexto llevó al sector a organizarse institucionalmente. “Por eso decidimos conformar finalmente la Cámara de Indumentaria. De manera individual es muy difícil negociar con las grandes empresas o actores financieros. En cambio, yendo como grupo, la postura es más sólida”, explicó Bargut.
Actualmente, la cámara agrupa 35 empresas que generan alrededor de 3.000 puestos de trabajo directos e indirectos en la provincia. “No son 35 marcas, hay muchas firmas que prestan servicios dentro de la cadena productiva. El objetivo es nuclear empresas que transforman materia prima y generan empleo local. Compramos un rollo de tela y sale un pantalón, un suéter, una remera”, resumió.
Bargut concluyó que el desafío no es únicamente enfrentar las importaciones, sino recuperar el mercado interno y avanzar en condiciones más equitativas para competir. “La industria está, la capacidad está. Lo que falta hoy es consumo”, enfatizó.