Cuatro textiles rosarinas fabrican miles de barbijos para el sistema de salud local

Pusieron en marcha sus máquinas para colaborar con miles de unidades para abastecer al sistema local en medio de la emergencia sanitaria. 

Cuatro textiles de la ciudad están fabricando barbijos. Se trata de Sonder, Rotel, Tannery y Vandalia, que pusieron en marcha sus máquinas para colaborar con miles de unidades para abastecer al sistema local en medio de la emergencia sanitaria. 

“Ya fabricamos 16.000, pero la necesidad sigue siendo gigantesca”, contó a ON24, Silvana Dal Lago, dueña de Sonder, y la precursora de la movida. Según la empresaria, la idea le surgió luego de oír acerca del faltante de barbijos y contar con cierta cantidad de la tela (friselina) necesaria para producirlos. “Con mi marido le comunicamos la inquietud a una médica amiga que lo canalizó con la exministra de Salud, Andrea Uboldi, con quien probamos los primeros prototipos”. 

“Ahora estamos trabajando con la Municipalidad, que retira lo que vamos fabricando y lo distribuye a los diferentes centros de salud a través de la Dirección de Farmacias”, precisó Dal Lago. 

De acuerdo con la dueña de Sonder, el hecho de que se hayan sumado las otras tres fábricas (Rotel, Tannery y Vandalia) ayudará a descomprimir la fuerte demanda que hay desde el sector público y privado. Mientras tanto, las empresas intercambian moldes e información y se concentran en mejorar el proceso. “Es una tela que no estamos acostumbrados a usar, por eso nos acabamos de asesorar con un técnico, que desde Colombia nos ayudó a mejorar los perfiles para usar de manera más eficiente la tela. Ahora estamos trabajando mejor”, apuntó la empresaria. 

Dado que la fábrica de Sonder tiene mayor capacidad de corte que de costura (se cortan más de 60 piezas por minuto, mientras que se tarda alrededor de un minuto y medio para coser cada barbijo), “entregamos cosido todo lo que podemos y lo demás lo dejamos listo para que las cooperativas y talleres que contactó la Municipalidad lo puedan coser”. 

PREOCUPACIÓN

A pesar del entusiasmo y las ganas de ayudar, Dal Lago está preocupada por la salud de sus empleados y la continuidad de la fabricación si es que llega a haber un contagio dentro de la empresa. “Eso significiaría tener que frenar la producción, y por eso estoy planteando profundizar las medidas de prevención”, aseguró. 

CÓMO SE SIGUE

Consultada sobre cómo está afectada Sonder por el freno de la ventas en el marco de la cuarentena, la empresaria comentó que aún hay mucha incertidumbre respecto a cuál será la dimensión del impacto. 

“Se puede adelantar trabajo y hacer mantenimiento en áreas que normalmente no son prioritarias, pero eso se agota luego de un tiempo. Acá somos más de 160 empleados y se hace muy difícil continuar sin vender nada (…) Los empresarios argentinos sabemos que debemos tener espalda para los bajones que siempre hay, pero no imaginamos algo así”, consideró. 

A pesar del cierre de locales físicos, Dal Lago decidió que tampoco se incentive la venta en el canal online, debido  a que “no estoy de acuerdo en que se usen los expresos para enviar productos que no son de primera necesidad (…) Tratamos de seguir ocupados para no preocuparnos más de lo debido; cuando pase todo esto, acomodaremos las fichas y seguiremos adelante”. 

REDACCIÓN ON24

Por Mariano Fortuna / m.fortuna@on24.com.ar

Comentarios