Récord comercial con sabor a poco: las exportaciones crecieron, pero los precios jugaron en contra

Argentina cerró 2024 con el mayor superávit comercial desde 2009, impulsado por la recuperación de los volúmenes exportados tras la sequía. Sin embargo, la caída de los precios internacionales de los commodities limitó los ingresos. El agro sigue liderando, pero la energía y el litio pisan cada vez más fuerte.

El 2024 dejó una buena noticia para el frente externo argentino: la balanza comercial arrojó un superávit de USD 17.732 millones, el más alto en 15 años. Sin embargo, el dato no se explica por una mejora de precios internacionales, sino por la recuperación del volumen exportado luego de la histórica sequía que afectó al agro en 2023.

Un informe del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe (BCSF) analiza el impacto de los precios internacionales de los principales productos de exportación sobre la economía argentina. El trabajo, basado en datos del Banco Mundial, INDEC y BCRA, examina la evolución de los precios desde el año 2000 y su correlación con la balanza de pagos, el comercio exterior y la acumulación de reservas.

En 2024, los precios internacionales de los commodities agroindustriales —principal motor exportador del país— mostraron una tendencia descendente. Esto golpeó los ingresos por ventas externas, que no crecieron en la misma proporción que los volúmenes exportados. De hecho, los precios promedio fueron significativamente inferiores a los de 2022 y 2023.

El informe destaca que los precios de los commodities están atados a la dinámica global: factores de oferta y demanda, tensiones geopolíticas y el ritmo de la economía mundial. Además, Argentina tiene escasa capacidad de incidir sobre los precios internacionales, lo que la deja más expuesta a los vaivenes externos. En ese sentido, la caída de precios suele coincidir con ciclos recesivos locales, reforzando la vulnerabilidad estructural del modelo exportador.

Agro dominante, pero con nuevos jugadores en escena

A pesar de las turbulencias, el complejo agroindustrial volvió a demostrar su peso: representó el 49,1% de las exportaciones argentinas en 2024. Sin embargo, el informe advierte que otros sectores vienen ganando terreno. Es el caso del sector energético, que duplicó su participación exportadora en los últimos cuatro años, y del minero, con el litio como protagonista, que empieza a consolidarse como un actor estratégico para el futuro.

En resumen, el superávit récord de 2024 fue más un alivio que una señal de fortaleza estructural. La mejora en las cantidades exportadas fue decisiva, pero la caída de los precios muestra los límites del modelo actual. Con una matriz exportadora todavía muy concentrada, diversificar y reducir la exposición a los shocks externos sigue siendo una tarea pendiente.

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