En un testimonio que refleja el malestar creciente entre productores, apuntó contra lo que considera una “práctica abusiva” en el cobro de regalías extendidas por el uso de semillas.
“Fue un tremendo error haber firmado el contrato ‘Sembra Evolución’. No lo recomiendo. Cobran 15 dólares por tonelada sobre lo que rinde por encima de los 30 quintales por hectárea”, explicó del Solar a traves de un posteo en su cuenta de la red social X. Y fue más allá al denunciar métodos intimidatorios por parte de la empresa: “Mandan aves negras que cobran honorarios, costas, etc. Es un ejemplo de cómo destruir la relación entre cliente y semillero”.
Según el ingeniero, en este caso no hubo uso propio ni resiembra de semilla guardada, sino simplemente una cosecha con buenos rendimientos. “Compré la semilla, coseché el grano, lo vendí, y ahí debería haber terminado todo. Pero Coterva aduce que como el lote rindió más de 30 qq/ha, le corresponde cobrar un plus. Es patético. En zonas como Rojas, superar los 30 quintales es común. Es un impuesto al rinde”.
La comparación con otras industrias sirve para ilustrar el absurdo: “Es como si Microsoft, además de cobrarte la licencia del software, te pidiera un porcentaje de tus ingresos porque gracias a su programa ganaste plata. No quieren venderte un producto, quieren ser tus socios. Es una locura”.
Lo cierto es que no es un caso aislado y son varios ya los insatisfechos con el sistema. Para él, la solución de fondo es clara: “Hay que modificar la Ley de Semillas. Esto otro solo confunde y genera confrontación. La solución siempre debe venir por la vía legal”.
En un contexto donde la innovación tecnológica y el respeto a los derechos de propiedad intelectual deben coexistir con reglas de juego claras para los productores, el testimonio de Santiago del Solar reabre el debate sobre el equilibrio necesario entre el desarrollo de semillas mejoradas y la sustentabilidad del negocio agrícola.