Los “salvadores”

Todos los ojos miran al trigo y cebada, como los cultivos que vendrá a salvar la rentabilidad del sector

Todos los ojos miran al trigo y cebada, como los cultivos que vendrá a salvar la rentabilidad del sector en amplias zonas del país. Prestar atención desde el arranque

Esto es visto por los analistas de esta manera ya que el clima se anticipa más benigno en este otoño-invierno y, el precio, en torno a los US$ 200 la tonelada, le resulta particularmente atractivo a más de un productor. Y si los argumentos todavía son débiles, basta agregar que vienen en aumento las exportaciones trigueras argentinas y que Brasil mantendría su demanda en alza.

Con este diagnóstico, una de las medidas fundamentales estará centrada en hacer el mejor cultivo posible, y para ello es necesario evitar la competencia desde el arranque del cultivo, con fuerte énfasis en gramíneas resistentes.

El Ryegrass (Lolium spp.) y Avena silvestre (Avena fatua) son dos malezas claves en barbechos y cultivos invernales de los sistemas trigueros en general.

Tanto Lolium perenne (ryegrass perenne) como L. multiflorum (ryegrass anual) y Avena fatua (avena negra) son especies que crecen de modo espontáneo en el SE de la Provincia de Buenos Aires (Cabrera y Zardini, 1978). Si bien se verifica una importante presión en la Región Núcleo (San Antonio de Areco, Solís), y en la región central de las provincias de Santa Fe y Córdoba.

Desde la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa indican que, en los últimos años, su dispersión ha cobrado importancia hacia otras regiones, y ante este escenario, resulta indispensable realizar el monitoreo de los lotes, luego de la aplicación de herbicidas, durante el barbecho para corroborar la detección de nuevos nacimientos, de manera temprana y actuar en consecuencia.

El manejo de estas gramíneas en rotación a cultivos invernales como el Trigo y Cebada se ha basado sistemáticamente en el control químico con Glifosato durante el período de barbecho previo a la siembra. Sin embargo, esta práctica reiterada ha generado el advenimiento de resistencia de las gramíneas, al igual que viene sucediendo con los herbicidas del tipo ALS.

Tal como explican desde AAPRESID, se sabe que la utilización repetida de herbicidas de similares modos de acción lleva a una desfavorable selección de malezas ya que favorece el aumento de la frecuencia de plantas resistentes al herbicida seleccionado. En consecuencia, la resistencia es el proceso de evolución de las malezas donde las plantas mejor adaptadas a una práctica de control incrementan su frecuencia en el campo hasta que la población resulta difícilmente controlable con los herbicidas habituales en el manejo de una situación problema.

Para abordar la resistencia desde la prevención, se recomienda implementar el monitoreo sistemático; la aplicación de herbicidas en estadios fenológicos tempranos y, especialmente, la rotación con diferentes modos de acción.

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