Las cosechas también pueden ser sustentables

Es un hecho que la agenda económica global ha dejado de darle la espalda a la cuestión de la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente. En ese marco, la producción agropecuaria se ha visto en la necesidad de readecuar sus procesos y realizar una reconversión tecnológica compatible con las nuevas exigencias, expresadas en normativas que regulan los límites tolerables de emisión de gases de efecto invernadero.

Es en este contexto que Claas ha ido incorporando a sus maquinarias distintas tecnologías que las hacen más amigables con el medio ambiente. Su último exponente es el sistema de Reducción Catalítica Selectiva (SCR) incluido en los motores Mercedes Benz de las cosechadoras Lexion 780 que llegan a nuestro país. Este sistema permite tratar los gases del escape reduciendo los niveles de polución y el consumo de diesel en hasta un 6%, comparado con los motores Euro.

El ingeniero mecánico Daniel Manelli, de Claas Argentina, explica que “el sistema de tratamiento de gases SCR consiste en la inyección de una solución de urea líquida (con una concentración de urea del 32,5%), llamada AdBlue. Suministrada en el escape, esta solución reacciona químicamente en un catalizador, y disminuye la concentración de óxido de nitrógeno que se libera al ambiente”. Además, el sistema ofrece un control preciso del proceso de combustión y el motor “respira” aire fresco y limpio, maximizando la potencia y el par motor.

“El óxido de nitrógeno es el elemento más perjudicial que sale de los motores hoy en día, y por eso se está trabajando fuertemente en reducir estas emisiones”, indica Manelli. “El sistema cuenta con sensores que detectan este elemento, y en caso de que los valores estén por encima de lo admisible, pone en emergencia al motor. De esta forma, se protege al medio ambiente, ya que si el sistema detecta más emisiones de las que permite la normativa, el motor arranca, pero no permite que la máquina acelere”, resalta.

Este sistema se adecua, según Manelli, a las normativas que regulan la reducción de las emisiones de gases conocidas como Tier 4i, vigentes desde 2011 en los Estados Unidos, que también abarcan a las normas Stage IIIb –equivalentes a las norteamericanas–, utilizadas en la Unión Europea. Dichas regulaciones, nacidas en 1996 y sancionadas por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) y la Unión Europea, fijaron objetivos cada vez más restrictivos para las emisiones de gases, con la mira puesta en elevar progresivamente la calidad del aire. Manelli destaca que si bien estas normativas no están vigentes en Sudamérica, los beneficios de la tecnología fabricada en base a ellas ya están llegando a los países de la región.

“Estos cambios se enmarcan dentro de un concepto de «energía limpia» promovido por los países centrales, especialmente los europeos, y que apuntan al ahorro de energía, el cuidado del medio ambiente y la seguridad de las personas”, destaca Manelli, y añade que “los requerimientos en términos de calidad de vida en esos países son cada vez más altos, por lo cual las medidas en estos aspectos cambian cada vez más rápido: mientras que las normas Tier 3 entraron en vigencia en 2007, y las Tier 4i en 2011, el año que viene se sancionarán las Tier 4f, y para 2015 se proyectan unas regulaciones incluso más exigentes”.

Según el técnico de Claas, aún con este sistema, los productores y contratistas deben prestar atención a la calidad del combustible que utilizan, ya que eso determina el volumen de AdBlue que se debe agregar a la máquina. “Si el combustible es de poca calidad –advierte– influye tanto en el sistema de tratamiento de gases como en el motor mismo. Los motores actuales, con toda la tecnología que están incorporando, no admiten tanta concentración de azufre en los combustibles como antes, por los residuos que deja. El azufre combinado con el oxígeno crea ácido sulfúrico, lo cual es corrosivo y genera graves inconvenientes al motor, especialmente en los sistemas de inyección nuevos, que son más delicados de lo que eran hace sólo diez años atrás”.

Para concluir, Manelli adelanta que próximamente, para cumplir con la normativa Tier 4f que se implementará en 2014, los motores incluirán, además del sistema SCR, una válvula de recirculación de gases de escape, así como también “un sistema de inyección más fino, que en lugar de inyectar con una leva una vez por ciclo, se autorregula y hace un ciclo de inyección en varias etapas para asegurar la combustión, minimizar el consumo de combustible y disminuir la concentración de óxido de nitrógeno. Con este sistema se busca disminuir el hollín del humo que sale por el escape, cuyos efectos en el organismo humano no son muy importantes, pero sí ensucia el entorno en el que es liberado”.

En correspondencia con el aumento de la potencia, Claas ha desarrollado un sistema de refrigeración totalmente renovado para la gama Lexion. Se trata del sistema horizontal de refrigeración dinámico (“Dynamic Cooling”) que en la Lexion 780 se encuentra en una posición óptima al estar ubicado detrás del motor. Una gran criba rotativa, con un diámetro de 1,60 m, garantiza que el equipo pueda aspirar suficiente aire fresco en todo momento. La limpieza permanente se produce mediante una aspiración automática del polvo. El paquete de radiadores de grandes dimensiones dispone de suficientes reservas, garantizando con ellos una refrigeración continua y ofreciendo intervalos de limpieza más largos. Además, el accionamiento variable del ventilador regula automáticamente su velocidad de giro, dependiendo del rendimiento refrigerante requerido. Esto ahorra fuerza en forma efectiva, poniéndola a disposición del resto de la máquina.

Por lo tanto, se trata de un mecanismo inteligente, que consume potencia únicamente cuando es realmente necesario. La nueva construcción del equipo refrigerante conlleva unas corrientes de aire ideales. El aire fresco, que es aspirado por arriba, pasa por el radiador hacia abajo y es expulsado a continuación por el espacio del motor y a través de las nervaduras laterales de refrigeración. De esta forma, se produce un efecto cortina especialmente útil. La corriente de aire actúa de forma activa contra el polvo ascendente, evitando la acumulación de suciedad en el radiador y asumiendo prácticamente la función de una limpieza permanente.

 

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