La soja demanda prácticas de nutrición integral

ntes y evolución infectiva de nódulos para expresar rendimientos satisfactorios.

Es que éste concepto de convivencia en suelo debe ser considerado como un sistema “en red” y por el que de la adecuada interacción entre las partes acarreará beneficios adicionales para el cultivo y post-cultivo en suelo.

Será entonces válido para estas situaciones la aplicación del concepto integral; ya que cronológicamente se debieran cumplimentar:

a) la corrección/reconstrucción del suelo;
b) el revestimiento de la semilla enriquecido con bio-activadores y que se perpetúen en la emisión y anclaje de raíces;
c) una nutrición a la siembra que vaya más allá de la hegemonía del fósforo y en algunos del fósforo+azufre;
d) una complementación foliar nutritiva que promueva rinde y calidad.

La secuencia probable será:

*La corrección de suelos es una práctica simple con aportes al voleo previo a la siembra siendo el Azugran de óptima esfericidad con su adecuado equilibrio de calcio para mejorar los “puentes” entre partículas de suelo y con ello una adecuada relación de los espacios porosos y consecuente actividad biológica.

*Además de una adecuada inoculación; la adición junto al mismo en la semilla de un bio-activador fomentará todas las funciones que requerirá la bacteria para que prospere y, se extenderá en la provisión de nutrientes que en las inmediaciones de la raíz pudieren estar bloqueados o directamente deficitarios por la permanente extracción de décadas de agricultura y, para superar ésta etapa crítica será la Tecnología Nutridor la que cubrirá tal espectro con el Nutridor-S (de origen natural que incluye un balance adecuado de elementos secundarios y menores).

*Una vez auditado el suelo y realizada la interpretación del diagnóstico; la formulación de la mezcla para aportarla al costado y por debajo de la línea de siembra (a 2″ x 2″), será de trascendencia para satisfacer las demandas concretas del cultivo y, la solución está en la concepción de las mezclas Pampero que tienen en su eje los minerales en equilibrio que se adecuan a los ambientes de las diferentes zonas.

*La posibilidad concreta de contar con Nutridor-L en el uso de correcciones foliares permite completar un plan integral en las exigencias del cultivo de la soja, tanto en estados vegetativo como reproductivo de alta demanda, incluir amino-ácidos con acciones desestresantes, quelatantes y precursores de proteinas redundan en beneficios directos en la calidad.

En el manejo la agricultura contemporánea salvo el clima, no hay imponderables y todas las prácticas secuenciales de nutrición son viables y, entre las mismas son las descriptas más arriba.

Autor: Marcelo E. Palese

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