En la primera jornada del Congreso Aapresid XXXIII, con la fuerza de Expoagro, representantes del agro, la industria, la ciencia y la gestión pública participaron de un taller para definir el posicionamiento estratégico de la región en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se realizará en Brasil.
Marcelo Regúnaga, coordinador general del Grupo de Países Productores del Sur (GPS), planteó la necesidad de una postura proactiva porque “la agricultura es parte de la solución: captura carbono, sostiene el desarrollo y aporta seguridad alimentaria”. Y agregó: “Es una oportunidad que no podemos dejar pasar”.
Asimismo, advirtió que “es fundamental estar presentes en un foro como la COP30 porque el sector privado mundial estará negociando”, explicó.
Por su parte, Daniel Trento do Nascimento, de la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria (EMBRAPA), recordó el desafío de la agricultura frente al cambio climático, y mencionó como ejemplo de éxito que “Brasil logró una revolución en 30 años basada en ciencia, innovación y crédito; Argentina puede seguir ese camino”.
Desde el Instituto Aaprender, Marcelo Arriola llamó a asumir un rol activo en la construcción del discurso: “Sudamérica puede abastecer al mundo con alimentos de manera sustentable, pero si nos acusan de contaminar, no podemos quedarnos callados”.
El agro, la ciencia y la política debatieron sobre el lugar de América Latina en los sistemas agroalimentarios futuros.
En otro de los paneles desarrollados en el auditorio Spraytec, del predio ferial de La Rural de Palermo, referentes internacionales del agro, la ciencia y la política debatieron el lugar que debe ocupar América Latina en los sistemas agroalimentarios del futuro. La clave: una narrativa común basada en evidencia científica, diplomacia y mirada estratégica.
Manuel Otero, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), planteó la necesidad de consolidar un mensaje propio desde las Américas: “Somos la garantía de la biodiversidad y la sostenibilidad del planeta; hay que comunicarlo con fuerza en los ámbitos internacionales”. Además, remarcó la importancia de vincular ciencia, tecnología y productores mediante políticas activas y alianzas público-privadas.
Jack Bobo, director del Instituto para Estudios Alimentarios Rothman de la Universidad de California, alertó: “Los próximos 25 años son los más importantes de toda la historia para la agricultura; hay que producir más y mejor sin agotar los recursos”. Y recordó que hacia 2050 la población mundial comenzará a estabilizarse, lo cual abre una ventana crítica para garantizar la seguridad alimentaria sin comprometer la sostenibilidad.
Kip Tom, exembajador de Estados Unidos ante FAO y actual vicepresidente de política rural en el American First Policy Institute, recalcó: “La seguridad alimentaria es seguridad nacional; las naciones que no desarrollan su agricultura están destinadas a entrar en crisis”.
Walter Baethgen, investigador de la Universidad de Columbia, aseguró que América Latina es el mayor exportador agrícola del mundo y proyecta crecer un 25 % en la próxima década. Sin embargo, advirtió: “Debemos usar nuestros recursos de manera sostenible; la narrativa actual fue escrita por otros, es hora de que definamos nuestra agenda, con diplomacia y evidencia científica”.
Para Baethgen, el contraste es claro: “El 74 % de los gases de efecto invernadero proviene de la quema de combustibles fósiles, mientras que la agricultura genera el 11,6% y, aun así, somos los apuntados”.