Esperan una gran campaña de granos finos

Para Pablo Calviño, los cultivos de invierno son los únicos que están mostrando buenas perspectivas en materia de rentabilidad en la mayor parte de las regiones.

Por eso, en sus recomendaciones para las zonas de Mar y Sierras y el sudeste de Córdoba hizo hincapié en la importancia de la planificación. “En este momento, en ambas regiones hasta el trigo solo pasa a ser una posible actividad. Y eso en Córdoba es una sorpresa. Estamos ante una situación interesante, y sería una lástima desperdiciar esta oportunidad”, expresó.

En primer lugar, el experto aconsejó observar los lotes y diferenciarlos en el manejo tomando en cuenta ciertos indicadores. Mientras en Mar y Sierras se observan el agua en el suelo y la limitante en profundidad – con buenos rendimientos y menos dependencia del agua de la siembra-, en el sureste cordobés también habrá que mirar la profundidad y tipo de Thapto, y la posición y salinidad de napa. “Aunque estemos en el sur de Córdoba, tenemos pisos de rendimientos suficientemente altos como para pensar en buenas tecnologías para aplicar. Si no lo hacemos, seremos nosotros los limitantes para que los rendimientos no se puedan expresar”, dijo. En Mar y Sierras, en particular, es clave ver la posición topográfica. “Entre los sectores más altos y bajos, hay diferencias de hasta 3,5 grados, y si no miramos eso estamos desperdiciando oportunidades”, aseguró.

Para conocer la fertilidad del lote, los indicadores clave, según Calviño, son el nitrógeno (N) a mineralizar y la porosidad del suelo. Lo más importante, en este punto, será trabajar con perfiles culturales. Habrá que medir fósforo (P) y N, y conocer la historia del azufre (S). En Mar y Sierras, el consejo es realizar dos aplicaciones de N, salvo en siembras tardías. Además, es importante identificar si un sector rinde menos por un cambio de categoría.

Por último, el asesor se refirió a las residualidades y afirmó que, actualmente, la problemática “es gravísima” por la falta de conocimiento. “Es interesante ver cómo estamos con la toxicología sobre el medio, el trabajador y sobre lo que hacemos. El trigo es de los más amigables con el medio: trabajamos con muchos modos de acción para evitar que haya resistencia de las malezas”, subrayó.

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