El Gobierno oficializó hoy, a través del decreto 439/2025 publicado en el Boletín Oficial, una serie de modificaciones en el esquema de retenciones para el agro que regirán desde el 1° de julio próximo. La medida combina una prórroga de alícuotas reducidas para algunos cultivos con incrementos significativos para otros, en una señal que busca equilibrar el frente fiscal sin desatender al sector exportador.
En concreto, el decreto prorroga hasta el 31 de marzo de 2026 las actuales alícuotas del 9,5% para las exportaciones de trigo y cebada, dos de los cultivos más sensibles del mercado interno y con fuerte impacto en la cadena alimentaria.
Sin embargo, el resto del esquema muestra subas:
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La soja, principal fuente de divisas del país, aumentará sus retenciones del 26% al 33%, retornando a un nivel que no se veía desde principios de 2023.
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El maíz y el sorgo, dos cultivos clave en la rotación y la ganadería, pasarán del 9,5% al 12%.
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El girasol, por su parte, volverá a pagar un 7%, desde el 5,5% actual.
La medida llega en un contexto en el que el Gobierno busca recomponer ingresos fiscales sin aplicar subas directas de impuestos, aprovechando el repunte de precios internacionales y el inicio de la campaña comercial de la nueva cosecha.
Estas modificaciones seguramente despertarán respuestas dentro del sector agroindustrial, que ya venía reclamando una baja gradual de las retenciones y una mayor previsibilidad para planificar inversiones.