El contratista que se animó y pegó el salto tecnológico

Ricardo Pellegrini tiene 69 años y vive en Chovet, al sur de la provincia de Santa Fe.

Produce en unas 1000 hectáreas entre campo propio y alquilado, y además presta servicios de maquinaria agrícola en otras 600 hectáreas, desde la siembra hasta la cosecha de trigo o maíz pisingallo. En los últimos 15 años su aliada fue una cosechadora Mega 204 de Claas que acaba de cambiar por una Lexion 740 usada.

“Teníamos un vecino que había comprado una Mega 218 y veíamos sus bondades. Así, en 2004 nos decidimos a comprar una Mega 204 0km. Y la verdad que no nos defraudó. Es un material de diez, con mucha tecnología, muy confiable y sólida. Algunas máquinas con el paso de los años el chasis se va fisurando, pero con la Mega, nada. Incluso en los primeros siete años seguía trabajando con las correas originales de fábrica”, señala el productor.

Con el correr de los años y la sumatoria de hectáreas, la Mega 204 empezó a quedar chica. “Deberíamos haber cambiado la Mega hace un par de años, pero tuvimos problemas con algunos temporales que nos fueron demorando la decisión”, confiesa Pellegrini, que a principios de este año adquirió una Lexion 740 usada.

“Siempre estuvimos convencidos que nuestra próxima cosechadora también iba a ser una Claas. La misión era comprar una máquina usada, pero que estuviera al día desde el punto de vista tecnológico. Por eso siempre apostamos a la línea 700 de la Lexion, que tenía algunas diferencias con respecto a la línea anterior que era la 570: un motor más grande, ahorro de combustible, cilindro con ocho bastidores y modificaciones en todas las bombas hidráulicas, entre otros aspectos”, revela.

El cambio implica todo un desafío para Pellegrini, que con su nueva Lexion de segunda mano entrará de lleno al mundo digital y automatizado de Claas. “En esta máquina todo pasa por la pantalla y el tablero”, sintetiza el contratista al referirse al sistema Cebis. A través de un simple clic en la pantalla digital, el operario puede monitorear de forma sencilla el accionar de la máquina y realizar ajustes en todas sus funciones de forma intuitiva. “Nuestros clientes no nos piden todavía agricultura de precisión, pero tenemos la idea de empezar a implementar este tipo de prácticas en el futuro”, agrega.

Otra ventaja que destaca de la Lexion 740 es el sistema de separación de granos Roto-Plus provisto con dos rotores, combinado con el sistema de trilla APS. “La Mega 204 andaba perfecto, pero cuando se la apuraba tenía un poquito de pérdida. En ese sentido, estuvimos averiguando y respecto a la competencia descubrimos que la Lexion es la máquina que menos pierde maíz y soja, principalmente si está verde”, confirma.

Sin embargo, la Mega 204 ha puesto la vara muy alta respecto a la trilla de maíz pisingallo, una tarea que hace más de 40 años la familia encara en un campo de la localidad santafesina de Venado Tuerto. “En este cultivo es muy importante no dañar el grano. Y nuestro cliente estaba chocho con la Mega 204, porque ha batido records en ese aspecto. De cada 400 granitos de maíz solamente dañaba uno. Pero ya nos han dicho cómo regular la Lexion para hacer este tipo de trabajo y no varía mucho respecto a la Mega”, relata Pellegrini, que justamente hará su debut con la Lexion en estos lotes durante la última semana de febrero.

La expectativa está puesta ahora en cuánto aumentará la capacidad de trabajo de la empresa tras la incorporación de la nueva máquina. “Este va a ser nuestro año piloto, pero creemos que vamos a aligerar la cosecha entre un 80% y 100% respecto a la Mega. Si antes trillábamos 35 hectáreas de soja por día, con la Lexion creo que por lo menos vamos a estar por arriba de las 60 hectáreas”, especula. A su vez, la mayor productividad puede llevar a que el contratista pueda conseguir nuevos clientes y agrandar su negocio. “Años atrás nos han ofertado algunas changas en la zona de 80 o 100 hectáreas que tuvimos que rechazar porque no llegábamos. Si eso volviera a ocurrir, tal vez ahora estemos en condiciones. Pero en principio nuestra intención es hacer lo más rápido posible las 1600 hectáreas que trabajamos anualmente”, se sincera.

Por último, la solvencia mostrada por la Mega 204 durante tantos años y su buena experiencia con el servicio técnico de Claas, le brindan a Pellegrini una confianza ciega sobre el buen estado y condiciones óptimas de la Lexion 740. “Cuando compré la máquina usada, en Claas me hicieron una lista de todo lo que le iban a hacer al equipo. Y al cabo de dos meses entregaron la Lexion. Fue un cambio espectacular. No solo cumplieron con todo lo que dijeron, sino que agregaron algunos retoques más, como el pulido de la pintura por ejemplo. No hay un detalle que no funcione: revoluciones, sensores, incluso el aire acondicionado de la cabina. La comodidad tampoco puede fallar”, bromea.

Responsabilidad, calidad, durabilidad y precisión son las palabras claves con las que el pequeño productor define su relación con Claas a lo largo de estos 15 años. “El servicio técnico de la empresa es excelente. Con la Mega nunca nos dejaron parados. Siempre conseguían el repuesto en algún lugar. Siempre mantuvimos la cosechadora con los repuestos originales y el resultado fue espectacular. Además, siempre encajaban perfecto. Porque hemos tenido experiencias con otras marcas donde los repuestos siempre había que llevarlos a un tornero porque les faltaba un retoque”, asegura.

Ahora, muy próximo al inicio de la campaña, Pellegrini espera con ansias encender el motor de su nueva Lexion 740 para experimentar en primera persona la potencia e inteligencia de una cosechadora de alta gama.

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