Complicado pero a paso firme

Se estima un 8% de suba para la nueva siembra triguera respecto de su ciclo anterior. Así, se cultivaría un total de 5,60 M de ha versus las 5,19 millones del año pasado. De todas maneras es importante destacar que podría haber cambios en los próximos meses que afecten el nivel de siembra. El comportamiento de las lluvias en lo que resta de aquí en más puede ser un desencadenante negativo para la campaña triguera. 

Se destaca que recién a partir de la última semana de mayo comenzó a instalarse una masa de aire frío y seco. Esto está permitiendo reacomodar los lotes tras los problemas de excesos hídricos que golpearon a buena parte de la región pampeana. De esta manera se está reactivando la transitabilidad de las maquinarias. Esto es importante para sostener la posibilidad de sembrar la cobertura de intención de siembra proyectada en 5,6 M de ha.

Por eso la siembra empieza a tomar ritmo, pero sigue desarrollándose de forma trabada. Todos estos indicios hacen prever que se tratará de una siembra larga y dificultosa.

Tal como sucediera el año pasado, el agua está lejos de presentarse como una limitante. Son los excesos los que en la mayoría de los casos junto al barro y los problemas de napas los que están problematizando la siembra. Por esta razón es tan importante que las lluvias no vuelvan a irrumpir en las zonas más complicadas, como en el oeste y norte de Buenos Aires, sur y noreste de Santa Fe, sur de Córdoba o en la provincia de La Pampa o Chaco. 

El factor económico vuelve a ponerse en línea con los interese agronómicos y climáticos. El trigo se destaca y ésta vez promete arrebatarle a la cebada una gran porción de superficie que había ido consolidado en los últimos años. La certidumbre comercial y los buenos resultados económicos y productivos que dejó el ciclo pasado junto a la necesidad de utilizar el suelo para bajar las napas y darle un uso productivo al agua que hay en exceso, sumado a los temibles problemas de malezas vuelven a largarle las riendas al interés que hay por el cultivo. Aunque es cierto que ésta va ser una siembra complicada, los signos más importantes van a favor del trigo. Por lo tanto, el trigo 2016/17 se proyecta con un 8% de aumento sobre las coberturas del anterior ciclo agrícola y se encamina a ser la campaña más ambiciosa de los últimos 10 años de Argentina. (GEA)

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