Como mitigar los efectos del cambio climático

Al analizar la preocupación demostrada del presidente Mauricio Macri  por la dimensión de la inundación después de sobrevolar zonas de Entre Ríos y Santa Fe , y el desempeño de las autoridades provinciales  y diferentes involucrados de  poblaciones y grandes  zonas  rurales ante la certeza de falta de apoyo y recursos, me pareció oportuno insistir con mis propuestas al carecer  el país de políticas  de estado para poder atender en tiempo y forma eventos de esta envergadura para mitigar los efectos del cambio climático  y que ayudarían también a las autoridades en su gestión política.

La información internacional difundida por expertos y comunicadores especializados,confirma que los cambios climáticos serán  más reiterados y de mayor envergadura, motivo más que  suficiente para generar  nuevas políticas de estado, cuyo  paso principal es constituir una  mesa institucional  tripartita permanente – estado, aseguradoras y productores-  para que sea el ámbito para hacer todas las propuestas, discutir las mismas, consensuar los proyectos y hacer  el seguimiento  de las políticas en el  largo plazo, como lo hacen  todos los países que tuvieron exito con políticas para mitigar los riesgos climáticos, económicos y  sociales de toda la comunidad. Cambian los gobiernos pero  continúan las políticas, porque están comprometidas todas las partes interesadas en una gestión permanente “pública- privada“.

La gran acumulación de agua  en la mayoría de los caminos de comunicación secundaria,  están impidiendo el desarrollo  de todas las actividades agropecuarias,  poniendo en serio riesgo los ingresos del sector  y del estado. La obsoleta infraestructura general, la falta de mantención de canales y rutas en las provincias, sin haberse concretados las obras   después de las últimas inundaciones del 2014,  debería ser  llamado de atención y una apelación para que el gobierno del presidente  Mauricio Macri avance en forma urgente con dichas obras y  la implementación de dichas política después haber podido observar las fallas estructurales que tiene todo el sistema.

Muchas de las graves consecuencias de las grandes lluvias, son porque han desaparecido o se han achicado los reservorios naturales que existían y  las aguas corren  por cauces que no son los normales  por obras  de infraestructura mal hechas y canales clandestinos realizados en defensa de  intereses particulares o localidades,  sin tener en cuenta los intereses generales de la cuenca. Por eso es fundamental para poder ordenar la actual situación  con nuevas obras, que esté funcionando a pleno  la autoridad de cuenca de  cada región.

Las preguntas que me hago ¿Estamos dispuestos a seguir viviendo inundados? ¿Habrá capacidad de cambio en nuestras dirigencia gremial y política para modificar dichas políticas? ¿Qué más debe suceder para que dichos dirigentes escuchen a los especialistas sobre cómo atender los nuevos eventos climáticos con políticas modernas? ¿No sería importante que este tema esté incluido en la agenda política? Mientras la dirigencia sigue demorando esta discusión, productores  que padecieron las inundaciones, esperan respuesta a estas preguntas ante  las grandes pérdidas de sus bienes en esta nueva inundación,  que el estado no tiene como atender.

Cuando toda la dirigencia de España acordó las políticas para cambiar el país y fijar políticas de estado a largo plazo en el año 1978 en el Pacto de la Moncloa, fueron incluidas  políticas para atender los eventos climáticos. Dichas políticas se consolidaron a pesar de los cambios de los gobiernos,  a prueba y error. Hoy esas políticas tienen continuidad y disponen de fondos especiales muy importantes, que se pudieron consolidar a través de los años con el aporte de los mismos protagonistas.  

El calentamiento global es la elevación de las temperaturas debido a la emision de gases de efecto invernadero. Provoca aumento de lluvias, incremento de la duración y frecuencia de sequías con la multiplicación de eventos climáticos extremos más los incrementos en las enfermedades de los cultivos de granos.

Estos son algunos de los efectos que ya se están haciendo sentir en la Argentina y que podrían repetirse con intensidad creciente en los próximos años, según el informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático que se presentó en Yokohama, Japón. Inclusive estamos viviendo un  año “NIÑO” agravado,  que va a condicionar los resultados de la cosecha 2015-2016 como se advirtió al  sembrar.

La  política de estado para  proteger al productor y la agroindustria, la más importante y eficiente del país, debería diseñarse a través de dos instrumentos que ya se usan en todo el mundo: 

1. Políticas para incentivar el mayor uso de los seguros agropecuarios por medio de compensaciones  a la prima, rebaja de impuestos y/o otros incentivos nacional y provinciales, para poder aumentar la cobertura del área sembrada al bajar el costo de la prima del seguro. De esa manera aumenta los usos del seguro por los productores y proveedores de insumos, que son los directos damnificados. 

2. Políticas para crear un Fondo Nacional Permanente Autárquico para atender  todos los daños de los bienes no asegurables, fondo que atendería exclusivamente a los productores que tengan asegurados todos sus bienes asegurables. 

La idea es  premiar a quienes tienen vocación aseguradora, para generalizar un sistema público-privado que debe ser solidario, pero no obligatorio,  para permitir la competencia entre las empresas aseguradoras, que estén dispuestas a aceptar las condiciones especiales del sistema a desarrollarse.

Los países con producciones agrícolas importantes, desarrollados y no desarrollados, empezaron aplicando este tipo de políticas activas. Después avanzaron con los otros sistemas de seguro más sofisticados. Mientras tanto en el  país,  si queremos desarrollar los seguros multirriesgo que sean técnicamente viables y competitivos  para todas las partes,  nos debemos equipar con tecnología satelital moderna y específica.  La idea central de estas políticas de estado para cubrir los riesgos climáticos, es transferir parte de los riesgos al mundo, por medio de las reaseguradoras internacionales, para de esa formar achicar la responsabilidad y las pérdidas del estado por las menores producciones, la caída de actividad, menos impuestos y caída de las exportaciones.

Después de muchos años de un trabajo a prueba y error, en EEUU ya tienen coberturas que aseguran los ingresos proyectados del productor con diferentes propuestas. Esto lo pudieron hacer porque hace años vienen trabajando por medio de una acción pública-privada en políticas que atienden los riesgos agrícolas. La nueva ley agrícola sancionada recientemente eliminó todo otro incentivo al sector agropecuario y dispuso exclusivamente mayores compensaciones a la prima de los diferentes seguros que tienen por estado, zonas productivas y productores. ¿No será hora de empezar a trabajar?

La propuesta concreta sería:  Poner el tema en discusión en forma urgente en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional que corresponda, convocar a los especialistas de cada sector en la materia, crear la mesa  institucional tripartita y fijarles un plazo para que se expidan con un proyecto de ley para enviar al poder legislativo.

Si se avanzara con esta estrategia,  no hay que crear falsas expectativas porque el sistema no va a poder mostrar resultados totales  los primeros años. La idea podría ser  poder empezar en etapas  ante la falta de recursos, compensando la prima de los seguros a los  productores más chicos,  para poder de esa forma ir consolidando  definitivamente el sistema  en unos años , como una de las políticas de estado indispensable para el agro y la agroindustria en la agenda nacional.

 

Autor: Arturo Navarro 

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