Coadyuvantes y herbicidas, las “balas” para atacar la resistencia en malezas

El Ing. Agr. Ramón Gigón expuso sobre las combinaciones de productos en estrategias de control de lolium (raigrás) y crucíferas (brasicaceas), malezas que están desarrollando resistencias a distintas soluciones herbicidas.

Como un primer paso para el manejo de malezas difíciles, el ingeniero agrónomo y consultor privado Ramón Gigón recomendó conocer su biología y patrón de emergencia. Esto, dirigido a  “buscar momentos óptimos para realizar un control y, sobre todo, para no repetir varias aplicaciones, que incentivan la presión de selección y el surgimiento de estos biotipos con resistencia”.

En la Jornada Adyuvantes para Herbicidas 2021, Gigón expuso específicamente sobre el uso de adyuvantes en el control de Lolium (raigrás) y Brasicaceas (crucíferas) resistentes a herbicidas.

Para el caso de raigrás, una maleza templada otoño-invernal muy adaptada al sur de la región pampeana, mencionó que cletodim o el haloxifop “son dos herbicidas muy utilizados, que necesitan de un adyuvante para atravesar esa cera cuticular que tiene el raigrás”.

“Sabemos que los aceites metilados juegan un rol muy importante en la penetración de cletodim y también se ven varios productos que son mezclas, de aceite metilado con tensioactivos como siliconas o mezclas de aceites”, dijo.

Para el asesor, lo importante es ubicar rápido el herbicida dentro de la planta y “con una buena dosis, como para no empezar a generar algún biotipo con resistencia a estos graminicidas, que son los productos que queremos cuidar, porque son la bala que nos está dando una gran mano en el control de raigrás en los barbechos otoño invernales”.

Junto con el cletodim, describió que el glifosato “sigue dando una mano muy importante en velocidad de control; este año lo vemos en los ensayos: donde no metimos el glifosato, cletodin tarda 15 ó 20 días más en controlarlo, y si estamos muy jugados sembrando cereal de invierno necesitamos el control rápido”.

Combinaciones contra el raigrás

Una de las estrategias con participación de coadyuvantes, planteó Gigón,  considera el empleo de aceite metilado o algún otro producto que tenga algún nutriente o micronutriente (“tenemos por ejemplo el NPA, un producto que estamos evaluando, que le da velocidad también a la penetración”. También el sulfato de amonio, un adyuvante que se ha usado mucho tiempo, no solo para la velocidad en la penetración sino también para mejorar la calidad del agua. Es un producto muy conocido, y por eso también varios productores usan esta mezcla de aceite metilado más sulfato de amonio en la mezcla con el cletodim. En el barbecho tenemos un momento clave en el agregado de un adyuvante, para ayudar al graminicida y “en este caso cletodim, que es la bala a nivel mundial para el control de esta difícil maleza que es el raigrás”, destacó Gigón.

En los ensayos recientes se testearon diferentes coadyuvantes, la mayoría tienen algo de aceite metilado, “que juega un rol fundamental en lo que es penetración”.

Doble golpe

En raigrás, debido a que se busca asegurar el control de todas las plantas en el barbecho, “si la mata ya supera 8 ó 10 macollos, ya corremos un riesgo que tanto cletodim como haloxifop empiecen a escapar y la técnica del doble golpe da una solución muy importante para que no quede descendencia y para que no empiece a evolucionar la resistencia a los graminicidas”, amplió el técnico.

Y ahí en el segundo golpe también los coadyuvantes juegan un rol importante, sobre todo tensioactivos, porque lo que necesitamos no es penetración sino buen mojado de la planta y buen número de impactos.

Gigón recomendó un buen tensioactivo para el paraquat o glufosinato de amonio como herramienta del doble golpe en raigrás. En tal caso, la calidad de la aplicación juega un rol importante, tratándose de herbicidas de contacto.

Crucíferas resistentes

Gigón describió tres especies de brasicaceas y sus distintas resistencias “que también requieren de un buen adyuvante para la penetración de los principios activos herbicidas”. Tienen un patrón de emergencia muy amplio, tanto en cultivos de fina como de gruesa.

En razón de las incompatibilidades en mezclas entre glifosato, sales potásicas con sales 2,4D y aminas también juega un rol importante algún tipo de adyuvante “como pueden ser estos compatibilizantes, que mejoran y homogeneizan la mezcla y ya tenemos dos o tres en el mercado”, mencionó.

“El 2,4D todavía nos va a seguir dando una mano importante en crucíferas y otras malezas de hoja ancha. Necesitamos ayudarlo con mezclas con PPO como el Heat, el safuflenacil. El agregado de aceite metilado nuevamente en estos barbechos, hemos visto que sinergizan con los PPO, como por ejemplo el Heat y también con el 2,4D, en este caso el Enlist sal colina”, detalló.

Glufosinato y 2,4D, mezcla prometedora

Gigón señaló que otra mezcla “muy prometedora” es la de glufosinato de amonio con 2,4D, debido a que en los últimos años hubo desarrollos de cultivos con tolerancia a glufosinato; “ahí puede entrar esta mezcla tanto en lo que es soja Enlist o el trigo con el gen HB4, y este sinergismo es una mezcla muy interesante para lo que es el control de crucíferas resistentes”, destacó.

En cuanto a adyuvantes para glufosinato, históricamente el sulfato de amonio ha sido el que iba, “pero hemos hecho pruebas de algunas con aceite metilado, con aceites minerales, y tenemos algunas alternativas. Pero el sulfato de amonio da una mano muy importante”, dijo el especialista.

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