Aumentar el rendimiento

Hay varias formas de proteger el rinde potencial de un maíz. Las más evidentes pasan por la correcta nutrición del cultivo, por cuidarlo del ataque de insectos, enfermedades y de la presencia de malezas. Ahora bien, esto marca un techo productivo según el ambiente e hibrido elegido, pero no manifiesta el potencial al cual puede aspirar. Para romper ese techo es necesario trabajar sobre meso y oligoelementos que tienen fuerte implicancia en los procesos fisiológicos, con una incidencia fundamental en la obtención de rindes máximos. Es muy común observar lotes que fueron fertilizados a partir de nutrientes orgánicos con mayores niveles productivos de aquellos que lo fueron con fertilizantes químicos, exclusivamente a dosis de Fósforo (P) y Nitrógeno (N) equivalentes. Y esto se debe al correcto balance de elementos menores que se encuentran en los fertilizantes orgánicos, respecto al aporte pura y exclusivamente químico de los nutrientes.

En este sentido, elementos como el Magnesio (Mg) y el Zinc (Zn) impactan en la generación del rendimiento y no siempre se los tiene en cuenta. El primero actúa como balanceador energético de la planta, proveyendo a la raíz la energía para explorar el perfil de suelo y asi la planta poder abastecer a la parte área de agua y nutrientes para maximizar rendimientos. Por otra parte, trabaja sobre la movilización de hidratos de carbono que se almacenan en la base del tallo hacia los lugares de destino.

Ahora bien, todos los procesos metabólicos que el Mg colabora en corregir, fundamentalmente los relacionados con la movilidad de los hidratos de carbono de reserva, no pueden realizarse sin la síntesis de la planta. Aquí es donde el Zn cumple un papel fundamental. Comparado con los suelos prístinos, en general, toda la zona central sufre algún déficit de Zn y su ausencia es limitante, entre otras cosas, del aprovechamiento del N aplicado al cultivo. Numerosos ensayos muestran que aplicaciones de Zn -tanto en semilla como en forma foliar a partir de V6- modifican los techos productivos potenciales de un maíz.

Por lo tanto, si mejoramos un rendimiento en niveles de un 7 a un 10% más, por corregir estos elementos, estamos aumentando los márgenes en forma más que proporcional.

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