En paralelo al debate sobre terrazas, el Concejo Municipal comenzó a analizar un proyecto de sostenibilidad patrimonial que busca dar respuesta a uno de los grandes problemas urbanos: la falta de incentivos reales para conservar inmuebles históricos.
La propuesta incluye la creación de certificados de edificabilidad transferibles, un mecanismo que permitiría a los propietarios de inmuebles protegidos vender parte de su potencial constructivo a desarrolladores que quieran utilizarlo en zonas donde el municipio promueve mayor densificación. Con los recursos obtenidos, los dueños podrían financiar obras de mantenimiento y preservación.
El concejal Agapito Blanco explicó que la iniciativa también contempla una revisión profunda del catálogo patrimonial: “Se reduce el catálogo en lo que refiere a departamentos de pasillo o inmuebles que no tienen impacto urbano, y se concentra en aquellos de verdadero valor. A su vez, se incentiva a las casas patrimoniales a generar certificados de edificabilidad que se puedan vender en zonas estratégicas”, indicó.
Entre esas zonas se destacan corredores como Santa Fe, la Terminal y el primer anillo, donde el municipio busca fomentar la construcción. “En esos lugares el metro cuadrado de tierra tiene menor incidencia en el costo total, lo que puede alentar a los desarrolladores a invertir en sectores hoy menos atractivos”, agregó Blanco.
El nuevo régimen patrimonial apunta a conciliar preservación y desarrollo urbano mediante herramientas de mercado, y a generar un sistema más equilibrado que descomprima la presión económica sobre los propietarios de edificios protegidos. El proyecto ya comenzó su recorrido legislativo en el Concejo y seguirá su análisis en las próximas comisiones.