La irrupción de DrVirtual, el nuevo servicio de telemedicina de Mercado Pago, no pasó inadvertida en el ámbito sanitario. Con una suscripción mensual de $4.990, los usuarios acceden a consultas ilimitadas con médicos clínicos, recetas electrónicas y turnos con psicólogos y nutricionistas. Además, como beneficio extra, pueden compartir el servicio una vez al mes con otra persona.
El lanzamiento despertó inquietud entre dirigentes médicos y entidades que representan a los profesionales de la salud.
El Dr. Rodrigo Sánchez Almeyra, vicepresidente de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de Rosario, dio su mirada personal con más de 45 años de ejercicio:
“Es muy difícil restringir ofertas que circulen por la red, más con una empresa tan importante como Mercado Pago. Habría que ver realmente cómo está hecho el programa, si es con inteligencia artificial, con médicos del exterior, con hispanoparlantes con buena o mala formación médica”.
Según Almeyra, el servicio difícilmente desplace a la atención tradicional:
“No creo que nadie que tenga una afección importante vaya a recurrir a este tipo de consultas. Convengamos que a veces, para obtener una consulta o ir a una guardia, mucha gente tiene retrasos en esa demanda. Lo importante sería ver cómo camina esto, a qué nos estamos refiriendo en realidad, y qué entrada tiene en la población”.
Por su parte, el Consejo Federal de Entidades Médicas Colegiadas (CONFEMECO) emitió un duro comunicado bajo el título “La salud no es un negocio”. La organización, que reúne a colegios y consejos médicos de todo el país, expresó su “más firme y categórico rechazo a la teleconsulta entendida como sustituto del acto médico presencial”.
El documento advierte que la medicina “no puede ser comprendida como un trámite virtual de consumo masivo” y denuncia que detrás de estas propuestas “se esconden intereses económicos de corporaciones financieras y tecnológicas que buscan reducir costos a expensas de la calidad asistencial”.
En línea con esta preocupación, Almeyra señaló que la población todavía valora la atención personalizada:
“Esto ya apareció en otras ramas, como abogacía o contaduría, y la gente siempre al final prefiere la atención presencial, porque es la que le da más garantía y confiabilidad, sobre todo de idoneidad y transparencia”.
Desde CONFEMECO, el mensaje fue contundente: la teleconsulta puede ser una herramienta útil en seguimientos o interconsultas, pero “bajo ningún punto de vista aceptaremos que se imponga como modelo de atención”, ya que implicaría romper el vínculo humano entre médico y paciente, aumentar los riesgos de diagnósticos erróneos y transformar el derecho a la salud en “un simple servicio de mercado”.
Finalmente, la entidad convocó a las autoridades y a la sociedad a defender el acto médico presencial como patrimonio ético, científico y social, frente al avance de propuestas privadas que, según sostienen, “deshumanizan la atención y mercantilizan la salud de los argentinos”.