La crisis de Celulosa pone en alerta a Capitán Bermúdez y amenaza al entramado productivo regional

Tras la confirmación de pérdidas y la decisión de no pagar dividendos, la histórica empresa papelera —vendida por apenas US$ 1— profundiza su parálisis operativa. En Capitán Bermúdez, donde se encuentra una de sus principales plantas, crece la preocupación por el impacto en el empleo, los proveedores locales y la recaudación municipal.

La situación de Celulosa Argentina vuelve a encender las alarmas en el cordón industrial del sur santafesino. La compañía, que atraviesa una crisis prolongada y fue vendida en 2023 por el simbólico valor de un dólar, confirmó pérdidas en su último ejercicio y anunció que no distribuirá dividendos, al tiempo que no logra retomar plenamente su actividad productiva.

La noticia repercute de forma directa en Capitán Bermúdez, donde la empresa posee una de sus plantas más importantes. Este complejo industrial ha sido históricamente un motor económico de la ciudad y un sostén para cientos de empleos directos e indirectos, vinculados no sólo a la producción celulósica sino también a una extensa red de proveedores, contratistas, transportistas y comercios locales.

Según fuentes del sector, la falta de actividad plena ya está generando incertidumbre entre trabajadores y pymes que dependen de la empresa. “Hay proveedores que llevan meses sin facturar y que no tienen margen para sostenerse mucho más”, advierten empresarios de la zona.

El impacto también se proyecta sobre la recaudación municipal y provincial, ya que la menor actividad industrial reduce ingresos por tasas, impuestos y contribuciones, al tiempo que eleva las necesidades de asistencia social. Para una localidad con una estructura económica fuertemente ligada a la industria, un parate prolongado puede tener efectos en cadena sobre el consumo, el empleo y la inversión.

Además, la crisis de Celulosa genera preocupación entre desarrolladores y empresarios que analizan instalarse en el cordón industrial. La caída de un actor emblemático puede afectar la confianza inversora y frenar proyectos logísticos o industriales en carpeta.

Frente a este escenario, distintos actores locales y provinciales coinciden en la necesidad de articular estrategias de reactivación que eviten que la situación derive en un daño estructural para la región. Entre las alternativas se mencionan apoyos financieros transitorios, programas de reconversión productiva y la búsqueda de nuevos socios estratégicos para la compañía.

La historia de Capitán Bermúdez está íntimamente ligada a su tejido fabril. Por eso, más allá de los números de balances, la crisis de Celulosa pone en juego parte de la identidad económica y social de la ciudad y abre un interrogante sobre el futuro de uno de los polos industriales más importantes de Santa Fe.

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