Frío extremo y récord de consumo: cortes de GNC y restricciones a industrias en el Gran Rosario

La ola polar disparó el consumo residencial de gas natural y obligó al Gobierno nacional a priorizar el abastecimiento domiciliario. Como consecuencia, varias estaciones de GNC del Gran Rosario interrumpieron el servicio y grandes industrias con contratos interrumpibles debieron frenar su producción.

La ola de frío que atraviesa gran parte del país generó una demanda récord de gas natural, superando los 100 millones de metros cúbicos diarios. Esta situación llevó al Gobierno nacional a declarar una “pre‑emergencia energética” y a activar restricciones urgentes para preservar el abastecimiento residencial.

En Rosario y su cordón industrial —una de las zonas más densamente pobladas y productivas del país— las consecuencias se hicieron sentir de inmediato. Estaciones de servicio de GNC suspendieron el expendio durante al menos 24 horas, mientras que grandes industrias recibieron órdenes de interrumpir el consumo de gas, en cumplimiento con los contratos interrumpibles firmados con las distribuidoras.

Estaciones de GNC, fuera de servicio

Desde la Cámara de Estaciones de Servicio de Rosario (Cesgar) confirmaron que estaciones ubicadas en puntos clave de la ciudad, como las intersecciones de Córdoba y Ovidio Lagos, cesaron totalmente el servicio de GNC desde el martes por la tarde. La medida se replicó en Villa Gobernador Gálvez, Granadero Baigorria y San Lorenzo, donde el expendio de GNC es fundamental para el transporte urbano, logística y remisería.

Las restricciones, en principio temporales, podrían extenderse si las temperaturas extremas persisten durante la semana. El objetivo es preservar el gas residencial en medio de un sistema energético muy tensionado.

Golpe a la industria del cordón

Las industrias del Gran Rosario, especialmente aquellas vinculadas a la agroindustria, el transporte de cargas y la metalmecánica, también fueron afectadas. Aquellas empresas que operan bajo contratos de suministro interrumpibles recibieron la notificación para detener el consumo de gas.

Esto implicó la paralización o ralentización de líneas de producción, con un impacto directo sobre la eficiencia operativa y los costos. Algunas compañías optaron por turnos reducidos o directamente por frenar la actividad mientras dure la medida.

Un sistema con cuellos estructurales

La situación expone nuevamente los límites estructurales del sistema energético argentino. A pesar de contar con un potencial inmenso en Vaca Muerta, la falta de capacidad de transporte, sumada a problemas puntuales en plantas compresoras, limitó la capacidad de inyección de gas en el sistema.

En simultáneo, la ola polar aceleró el uso doméstico del recurso, obligando a priorizar hogares en detrimento de industrias y estaciones de servicio. Rosario, como nodo logístico y productivo clave, quedó atrapado en esa tensión entre oferta limitada y demanda récord.

El Gran Rosario atraviesa una semana crítica en términos energéticos: sin GNC en buena parte de sus estaciones y con industrias que deben reducir o interrumpir su actividad por orden del Enargas. La situación deja al descubierto la vulnerabilidad del sistema energético y el impacto económico inmediato para una región clave en la economía nacional.

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