24 toneladas de tabaco ilegal en Rosario

El tabaco ilegal no sólo es malo para la industria del tabaco, es malo para quienes lo consumen porque no tiene controles sanitarios.

El pasado 27 de mayo se interceptaron en el Puente Rosario-Victoria dos partidas de tabaco ilegal de origen extranjero compuestas de 400 cajas, unas 24 toneladas de esta mercancía, valuadas en un millón de dólares y con las cuales se podrían producir un millón de paquetes de cigarrillos. En Rosario opera una empresa informal de producción de cigarrillos que, dado que esquiva la enorme presión impositiva y regulatoria que recae sobre el sector, logra una competitividad que le permite ofrecer productos mucho más baratos que las empresas que operan dentro del marco legal.

Es de destacar que la industria tabacalera es una de las ramas que ha presentado uno de los peores desempeños de los últimos años en nuestro país, y su cadena de valor continúa transitando una situación compleja producto de sendos años de deterioro, con una producción primaria que se contrajo en 2018 tras un leve aumento en 2017. No resulta un dato menor que en el período que va de 2014 a 2018 el precio de los cigarrillos incrementó por encima de la inflación, no obstante que en 2017 y 2018 el incremento había sido por debajo de la misma. A todo eso se le debe sumar que los impuestos al tabaco han ido en aumento, alcanzando el 3,5% en 2017.

Según información provista por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca Nacional, siguiendo los datos del Fondo Especial de Tabaco (FET), la participación de tabacaleras informales ha ido en incremento en los últimos años. En el 2016 su participación era del 5,6%, y en el 2017 ascendió a 8,9%, para finalizar en 2018 en 9,8%. Un crecimiento de la participación de mercado que se trasunta en una competencia desleal desarrollada por las tabacaleras informales para ofrecer sus productos a un precio inferior al de mercado, que se ve incrementado artificialmente por los diversos tributos que las tabacaleras formales deben oblar, a más de los distintos costos logísticos que se presentan en toda la cadena de producción y comercialización.

El comercio ilegal y las tabacaleras informales en la industria del cigarrillo no sólo presentan pérdidas para las tabacaleras, tal como se ha expuesto precedentemente, sino que entrañan riesgos incluso mucho mayores para toda la población. No debe detenerse el análisis en la evasión fiscal, el contrabando o la falsificación marcaria. Todos ellos temas graves. Sino que debe ponerse foco en el riesgo sanitario que presentan los mismos, al no contar con ningún tipo de control de calidad de los mismos, a diferencia de aquellos que transitan el camino formal.

Asimismo, los delitos anexos que pueden vincularse con esta industria también deben ser tomados en cuenta, ya que el tabaco ilegal puede convertirse en una fuente de financiamiento de bandas delictivas, e incluso terroristas. Una asociación con el crimen organizado que devendría en un grave perjuicio económico y social para toda la ciudadanía.

Rosario y Santa Fe tienen desde hace tiempo cárteles del narcotráfico operando dentro de sus fronteras. Los nombres de las bandas son conocidos y no hace falta mencionarlos nuevamente. El tabaco ilegal no sólo es malo para la industria del tabaco, es malo para quienes lo consumen porque no tiene controles sanitarios, y es malo para todos los ciudadanos porque puede convertirse en dinero fácil para los delincuentes. Debemos prestar atención.

Redacción ON24

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