Tres puntos de vista sobre la “Argentina inviable”

Durante el Congreso de Economía Provincial organizado por Fundación Libertad con el apoyo de la Fundación Internacional para la Libertad (FIL) y la Red Federal de Políticas Públicas, se celebró el panel titulado “Argentina Inviable: Impuestos, regulaciones y gasto público”. Participaron Marcelo Elizondo (economista y consultor internacional), Agustín Monteverde (economista del frente de NOS) y Gustavo Lázzari (economista y empresario).

A lo largo de sus respectivas exposiciones, los tres especialistas trazaron sus diagnósticos e intentaron explicar la realidad argentina. Entre impuestos distorsivos, un gasto público deficiente, una escasa o nula capacidad para insertarse en el comercio internacional y un exceso de burocracia, los expertos ubican los principales flagelos del país.

Elizondo basó su exposición en la necesidad de insertar al país a nivel internacional. “Sin inserción internacional, no hay progreso”, afirmó. Por su parte, Monteverde apuntó contra el sistema impositivo: “Hay que buscar las mil formas de desplumar al ganso”. Como cierre, Lázari exclamó: “Necesitamos un cambio disrruptivo. El peor pecado de este gobierno fue intentar eficientizar lo ineficientizable (sic.)”.

Marcelo Elizondo y la inserción interncional

El tema elegido por Elizondo para su disertación fue el aislamiento de Argentina frente al mercado internacional. “Solemos desvincular la mala inserción internacional del contexto local en cuanto impuestos, regulaciones y gasto público. Sin embargo, tienen mucho que ver”, aseguró.

Las consecuencias de esta situación, según el economista, son diversas. “No competir internacionalmente produce bienes y puestos de trabajo de baja calidad. Además, reduce las tasas de inversión, impide adaptar las regulaciones a los estándares globales, aleja de la evolución tecnológica y se tienen menos exportaciones”, enumeró.

Según mostró Elizondo, Argentina no solo tiene un bajo desempeño en exportaciones; sus importaciones también se alejan de los valores óptimos. “Exportamos menos que Chile, que es una economía relativamente chica”, afirmó. Por otro lado, hizo hincapié en que “cuando se importa poco, se obstruye la capacidad de producir”.

Para el consultor, es fundamental asumir los desafíos del nuevo mercado global. En primer lugar, replanteando los aranceles internacionales del Mercosur: “Nuestro arancel es del 12%, más del doble que el promedio mundial”.

En segundo lugar, destacó: “Queremos seguir comerciando a la antigua”. Elizondo planteó que “en el mundo, el 75% del comercio global se produce entre empresas que se relacionan a través de redes de alianzas; solamente un 35% de nuestras exportaciones son por esa vía”.

Por último, subrayó: “Es una lectura equivocada pensar que la tendencia del mundo es el proteccionismo; lo que hay es competitivismo”. El especialista hizo hincapié en que “hay una caída de la tasa de imposición para las empresas”, mientras que “crecen los acuerdos entre países que intentan evitar la conflictividad a través de tratados de aperturas recíprocas”.

Una mayor inserción, para Elizondo, vendrá dada en la medida que Argentina logre “relacionarse con el mundo más allá de las relaciones públicas”, participe en ejes geoestratégicos que el mundo requiere hoy en día, se mejore el capital institucional, se logre una macroeconomía estable y se debe contar con un sistema regulatorio más permisivo.

Agustín Monteverde: Todas las formas de desplumar al ganso

Para Agustín Monteverde, economista del Frente NOS, “los impuestos tienen que ver con que Argentina se vaya convirtiendo en un país cada vez más inviable”. Es por eso que durante su exposición expuso cinco premisas para corregir el sistema recaudatorio.

“La primera premisa es que el sistema tributario debe respetar la Constitución Nacional”, exclamó. “Esto significa respetar a la persona, la igualdad ante la ley, mantener a rajatabla la inviolabilidad de la propiedad privada, el derecho a la defensa de juicio y la no confiscatoriedad de los tributos”, amplió. Ante la perplejidad del auditorio, señaló: “No es poca cosa porque hoy se violan todos estos puntos”.

En segundo lugar, pidió que se devuelva “correspondencia fiscal al sistema”. Aquí, explicó: “La coparticipación federal de impuestos es un mecanismo por el cual la Nación percibe y distribuye entre las provincias, y los gobernadores pasan a ser empleados del poder nacional. Son las provincias quienes deberían coparticipar a la Nación”.

El tercer punto fue la simplificación tributaria. “Normas claras, sencillas, expuestas y que den una interpretación única e inmediata sobre los impuestos a pagar. Es un requisito mínimo de la seguridad jurídica. También significa pocos impuestos. ¿Por qué hay tantos impuestos? Porque hay que encontrar todas las formas de desplumar al ganso”, bromeó.

Cuarto, mencionó la universalización de los impuestos. “Esto significa que tributan todos aquellos que son calificados como imponibles. Esto significa acabar con excepciones y regímenes especiales; tiene que ver con la igualdad ante la ley”, aseguró.

La última premisa fue la transaccionalización. “Los impuestos tienen que estar ligados en forma inmediata a transacciones económicas concretadas. Ese es el momento más fácil para detectar si hubo un hecho imponible y también es el momento en que menos duele pagar”, concluyó.

Gustavo Lázzari: “Somos pobres porque somos inviables; no al revés”

Con un húmor ácido y un fuerte énfasis en la presión tributaria y la ineficiencia del gasto público, Gustavo Lázari cosechó sendos aplausos del público del CEP. “Argentina se subió a un tren que va por la vía de la inviabilidad, pero nunca pudo cambiar ese derrotero de estaciones en las que cada vez está peor”, comenzó.

En primer lugar, apuntó contra el sistema recaudatorio. “Es inviable con este enjambre de impuestos y la inutilidad del gasto público. Traten de planear un negocio, pasenlo a un papel y sumen los impuestos. Les va a dar que no se puede hacer”, disparó.

Luego, enfatizó: “En total hay 163 impuestos. En una fábrica, hay 19 vencimientos en 20 días hábiles. Si en los anuncios del 11 de diciembre siguen estando las palabras ‘ingresos brutos’, fracasarán”.

Prosiguió enumerando algunos motivos por los cuales Argentina es un país inviable. “Hay una demanda secular del gasto público”, comenzó. La lista siguió con motivos tales como “desprecio absoluto por la actividad creadora”, “voracidad fiscal de la política” y “tendencia casi religiosa a justificar al Estado”.

Además, habló de “inviabilidad conceptual”, mencionando algunos conceptos como “el Estado participa del proceso productivo”, “se hizo con recursos de las provincias”, “el gasto público es inflexible a la baja”.

Posteriormente, el empresario pidió por un cambio disrruptivo: “El peor error de este gobierno es intentar eficientizar esto. Es imposible hacer funcionar esto. A Stalin no le faltó la planilla de Excel, le falló el sistema”.

A modo de conclusión, Lázari apeló a la que para es “la base de la esperanza: “El esfuerzo privado ininterrumpido paga todas estas cosas. Ahora, ¿cómo sería la Argentina si a ese esfuerzo le sacáramos las tres mochilas que tiene encima?”

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