Película repetida: proponen en Rosario nuevo “impuesto” para “rescatar” al transporte público

Sería un “aporte extraordinario” que deberían hacer aquellos sectores que no pararon su actividad durante la cuarentena.

Primer acto: el Frente de Todos propone un nuevo impuesto a la riqueza. Segundo acto: el Frente de Todos propone quedarse con acciones de las empresas que recibieron subsidios en la cuarentena. Tercer acto: Ciudad Futura propone en Rosario que los sectores que no pararon durante el aislamiento obligatorio realicen un “aporte extraordinario” para rescatar al transporte urbano de pasajeros. ¿Cómo se llama la película? “La izquierda sigue exprimiendo al sector privado”.

Suena insólito, irrisorio y tragicómico, pero es real. El sector privado, que es el único generador de riqueza, carga en Argentina con más de 160 impuestos nacionales, provinciales y municipales, y mantiene a un Estado omnipresente y omnineficiente a la vez, y todavía hay sectores políticos cuya propuesta “original” es crear un nuevo tributo, amparados en el argumento de la “justicia tributaria”.

“Vuelve la pregunta reiterada sobre quién debería hacer un esfuerzo solidario para que los trabajadorxs (sic) cuenten con el TUP”. La declaración pertenece al concejal de Ciudad Futura, Pedro Salinas. Y él mismo responde la inquietud planteada: “Que los sectores que más cómodamente han atravesado el período de aislamiento hagan un esfuerzo solidario que permita abordar la emergencia del TUP para que vuelva a funcionar en lo inmediato, cosa que también los va a beneficiar a ellos”.

En rigor, el proyecto de Salinas plantea que estos rubros de la economía local paguen en 12 cuotas una contribución que equivale al 100% del total anual liquidado en el año 2019 en concepto de DReI.

Como contraste para que usted, lector/a, pueda sacar sus conclusiones sobre esta película que ya debe haber visto infinidad de veces en Argentina, pero que, por algún motivo, la siguen repitiendo en el mismo canal, le volvemos a compartir un fragmento de las declaraciones que formulaba el presidente actual de Uruguay, Luis Lacalle Pou, días atrás en una charla virtual organizada por Fundación Internacional para la Libertad, sobre cómo abordar este mismo problema:

Contaba el mandatario del vecino país que, en el medio de la pandemia, para la cual Uruguay no decretó cuarentena obligatoria, surgieron algunas polémicas. Entre ellas, Lacalle Pou admitió haber tenido “una presión muy fuerte” para aumentar los impuestos al patrimonio.

Sin embargo, la concepción del presidente uruguayo fue bastante diferente a los mecanismos argentinos: “Yo me negué rotundamente, porque si castigamos al que emprende, al que da laburo, al que innova, al que comercia… van a quedar a la vera del camino. Ellos son los que van a empujar la salida del país”, afirmó Lacalle y remarcó: “La contracara de ello fue un impuesto del 20% del salario al presidente de la República, a sus ministros, a senadores, diputados y funcionarios que ganaran más de 1.900 dólares durante dos meses. Quisimos dar la señal de que era el Estado el que tenía que hacer el esfuerzo, no los particulares. Porque, terminado esto, no es el Estado el que saca adelante a la población (…) Que la política sea una forma de facilitar, no un obstáculo”.

Una película diferente que se emite al otro lado del charco. Argentina no tiene que comprar los derechos de autor, sólo le alcanzaría con imitar a los actores alguna vez para dejar de pensar que el sector privado es eternamente exprimible. Porque el día en que se le termine el jugo, ni siquiera habrá cámaras para rodar la misma película.

REDACCIÓN ON24

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