Despachantes critican sistema que reemplaza a las DJAI

En su reciente paso por Fundación Libertad de Rosario, Miguel Braun, Secretario de Comercio, reconoció que el cambio prometido para destrabar el comercio exterior en la Argentina será muy lento. Braun advertía de un entramado que llevaría prácticamente los cuatro años de gestión del Gobierno de Mauricio Macri para llegar a un sistema mucho más libre y ágil de importaciones y exportaciones.

No obstante el reconocimiento público, que seguramente no se habrá hecho en Rosario, las expectativas de quienes se mueven en las arenas del comercio exterior eran altas tras la llegada del PRO y hoy se mastica una amarga desilusión a la hora de concretar operaciones.  

El Centro de Despachantes de Aduana (CDA), tras una reunión en Córdoba con los delegados de todo el país llegaron a esa conclusión y confiaron al Diario La Voz : “Esperábamos un cambio muy positivo. Con el correr de los meses, nos fuimos apagando”, reconoció el presidente del CDA, Gustavo López. “A lo mejor, pecamos de tener una expectativa demasiado alta. En un momento, el Gobierno habló de poder exportar e importar sin tener que pedir permiso. Eso en la importación no ocurrió”, agregó el dirigente, quien encabezó el encuentro.  

A partir de este año, la administración de Mauricio Macri dio de baja las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), para cumplir una exigencia de la Organización Mundial de Comercio (OMC), organismo en el que se perdió un juicio iniciado por otros países que vieron frenar el ingreso de sus productos. Pero al esquema lo sucedió el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (Simi), que restringe el ingreso de 15 mil posiciones arancelarias con licencias no automáticas (LNA) que deben tramitarse en Buenos Aires.

Según los despachantes, las LNA deben aprobarse en 60 días, pero algunos productos textiles, juguetes y calzado directamente no se autorizan, lo que deriva en largas tramitaciones que, en algunos casos, terminan en la Justicia.

“No es un sistema lógico de trabajo. La importación no es una actividad prohibida. Medida en dólares, en lo que va del año se importó 7,5 millones de dólares menos que en igual período de 2015. Hay industrias que llevan protegidas 24 años; si en todo ese tiempo no se pudieron desarrollar, ¿por qué hay que hacerle pagar al pueblo su incompetencia y su incapacidad?”, opinó López.

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