Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe 25/10/2025
¿Exageran los analistas políticos cuando hacen de la elección intermedia legislativa de este domingo 26 prácticamente una bisagra de la historia?. Es muy probable que no.
Básicamente lo que se pondrá en juego es la credibilidad del gobierno nacional en su firme convicción de, no solo sostener el modelo económico (baja inflación, equilibrio fiscal) a como dé lugar, sino continuar avanzando en la “batalla cultural”, dos de las cláusulas contractuales firmadas con la sociedad el 19 de noviembre del 2023.
El primer punto necesita del segundo; la economía se basa en gran medida en la creencia que una sociedad tenga en quien la gobierna, y convengamos que Javier Milei puso a prueba de manera abusiva la paciencia de la gente, y no solo con garrafales yerros políticos, sino en la economía doméstica que no pudo o no supo explicar, ¿alcanza solo con baja inflación?. En esta columna apenas comenzó la gestión libertaria hicimos mención a la fábula del campesino que quería acostumbrar a su burro a vivir sin comer; cuando lo estaba logrando, el animal se murió de hambre.
El gran Napoleón pronunció dos máximas que bien debería repasar Milei: “Un gobierno nuevo tiene que deslumbrar y sorprender; cuando deja de brillar, cae”; y “El gobernante debe tener energía sin fanatismo, principios sin demagogia y severidad sin crueldad”.
Dicho esto, las respuestas a las preguntas del título se elaboran por sí solas: ¿votará la sociedad – que esté dispuesta a hacerlo – a LLA a pesar de todas las pifias del gobierno y una política económica que podría estar en el rumbo adecuado, pero está colmando el aguante de la gente y vaciando en demasía sus bolsillos?. Seguimos con Napoleón: “Sólo se puede gobernar un pueblo ofreciéndole un porvenir. Un jefe es un vendedor de esperanzas”. ¿Hoy Javier Milei sigue representando todo lo que quienes lo votaron esperaban de él?. La respuesta la tendremos este domingo.
¿Podrá Provincias Unidas romper la polarización?
En verdad este subtitulo interrogativo de hoy será el titular informativo del lunes y la clave de la elección, al menos en territorio santafesino.
El analista Emilio Scotta describe de manera detallada como quedarían las relaciones de poder entre los espacios políticos provinciales según “ganen” o “pierdan”. Es un fino análisis que bien vale leerlo, pero nosotros quisiéramos hacer foco en el trazo grueso electoral. Cuando comenzó la Convención reformadora de la Constitución el 14 de julio, el propio Maximiliano Pullaro nos confesaba que no tenía en claro de qué manera afrontaría la elección nacional, aunque de una cosa estaba seguro: no pondría en juego el nombre de Unidos, el frente santafesino.
¿Estaba en esos momentos Pullaro maquinando junto Martín Llaryora y Juan Schiaretti una liga de gobernadores, que se mostraría quince días más tarde en la Casa de Chubut para penetrar y romper la polarización entre Milei y el kircherismo?. Cuando podamos conversar se lo preguntaremos, aunque “del lado cordobés” nos dicen que entre los fundadores de hoy PU ya venían manteniendo diálogos por zoom por cuestiones institucionales que derivaron en la salida política.
La aventura era azarosa sobre fines de julio, toda vez que Milei ya había superado con éxito el affaire Libra, y no estaban ni en sus más terribles pesadillas el Caso Spagnuolo ni mucho menos Espert. Y la economía no trastabillaba como ahora.
Quienes luego se llamarían Provincias Unidas emprenderían un camino desafiante: enfrentar a Milei sin confrontar con sus votantes que en definitiva eran – y son – de ambos. Entresijo con sus estrategias y tácticas cuyo resultado se develará este domingo.
El desafío Santafesino
No es distinto al de cada uno de los territorios donde compite Provincias Unidas: polarizar con el kirchnerismo en lugar de LLA.
En Santa Fe, a la estrategia global Pullaro la alimentó con épica y fervor espiritual caudillista apelando al mismísimo Brigadier Estanislao López y su consigna de “Provincia Invencible”, sin descuidar el frente político institucional plagado de reclamos y reproches hacia la administración nacional, pero cuidando la sensibilidad del mismo votante, a tal punto de asegurarle que Provincias Unidas no llevará al Congreso Diputados para entorpecer el cambio, sino para mejorarlo. “Somos la garantía de gobernabilidad”, afirmó el Gobernador.
Objetivamente Fuerza Patria es la versión 2025 del kirchnerismo más duro; en el 2023 Marcelo Lewandowski como candidato a Gobernador se presentaba como un moderado en comparación con Caren Tepp – Agustín Rossi, de allí que Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia tuvieran que salir a endurecer su narrativa proselitista para intentar desplazar – este domingo veremos si con éxito – al natural oponente del kirchnerismo: Javier Milei (con Agustín Pellegrini como alfil local) , y generar una nueva atracción gravitacional del electorado “no kirchnerista”. Pullaro hasta acudió al voto “peronista ortodoxo” (de hecho algunos intendentes lo acompañarán).
Si lo consiguiera (romper la polarización) el tan mentado tercio señalado por los encuestadores estaría asegurado (y con ello probablemente el triunfo nominal).
Caso contrario, tal como señala Emilio Scotta: “las consecuencias políticas de “ganar” o “perder” pueden ser más candentes que lo que los fríos números indiquen”.




























