La Comisión de Planeamiento y Urbanismo del Concejo Municipal de Rosario recibió a funcionarios del Ejecutivo para analizar la modificación de la ordenanza que regula el Inventario y la catalogación de bienes del patrimonio histórico, arquitectónico y urbanístico. La iniciativa apunta a actualizar criterios, simplificar procesos y ofrecer un marco más claro tanto para la preservación como para el desarrollo inmobiliario en la ciudad.
Participaron de la reunión el subsecretario de Planeamiento, Pablo Florio, y la directora del Programa de Preservación y Rehabilitación del Patrimonio, María Elena Santos, quienes detallaron los alcances de la nueva normativa.
Un catálogo más preciso para una ciudad que cambia
Florio explicó que la propuesta surge de un trabajo técnico de varios años sobre el catálogo histórico que contenía 5.580 propiedades, muchas con distintos grados de protección definidos hace más de dos décadas.
La revisión derivó en un recorte de 936 lotes, que serán descatalogados, dejando 4.644 inmuebles con protección vigente. La actualización incluye:
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Nuevas categorías según valor patrimonial y estado edilicio
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Criterios renovados para intervenciones permitidas
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Un inventario más accesible, ordenado y adaptado a la realidad urbana actual
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Evaluaciones caso por caso para la redefinición del nivel de protección
El funcionario ejemplificó con dos inmuebles emblemáticos, ubicados en Entre Ríos y San Lorenzo, y en Bv. Oroño y Córdoba, que mantienen alto valor patrimonial.
Revisión de tramos de preservación: un nuevo enfoque urbano
Uno de los cambios más relevantes es la modificación de los llamados tramos de preservación, una figura introducida en 2008 que protegía corredores urbanos de valor histórico bajo una mirada bidimensional.
El nuevo análisis determinó que algunos tramos ya no conservan la integridad necesaria para sostener la protección. Por ello:
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436 tramos se mantienen con protección
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62 tramos serán descatalogados por pérdida de coherencia o alteraciones significativas
Según explicó Santos, la mirada actual distingue que la mayor concentración de bienes patrimoniales se encuentra en el área central, y que la normativa debe permitir intervenciones más realistas en zonas cuya densidad patrimonial se ha transformado.
Impacto económico: más certezas para propietarios y desarrolladores
La modificatoria, aprobada bajo la Ordenanza N.° 10.838, representa un cambio relevante para el mercado inmobiliario, ya que actualiza restricciones, libera parcelas y permite planificar con mayor previsibilidad.
Para el sector privado —constructoras, inmobiliarias y estudios de arquitectura— significa:
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Menos zonas con restricciones obsoletas
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Mayores posibilidades de inversión en lotes descatalogados
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Procesos más claros para intervenir en bienes protegidos
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Mayor seguridad jurídica a la hora de evaluar proyectos
Además, la redefinición del catálogo puede destrabar desarrollos detenidos por criterios de protección ya superados o sin valor patrimonial actual.
Hacia una política de patrimonio más moderna
Florio propuso avanzar en un debate pendiente: qué criterios debe tener Rosario para sumar nuevos bienes al catastro patrimonial. La ciudad mantiene un sistema basado en un catálogo elaborado en 2001, y el desafío es construir una herramienta flexible, técnicamente solvente y actualizable.
Los concejales presentes —entre ellos Fabrizio Fiatti, Juan Monteverde, Mariano Roca, Carlos Cardozo, Julia Irigoitia, Mariano Romero, Alicia Pino, Manuel Sciutto y Anahí Schibelbein— coincidieron en la necesidad de continuar el trabajo técnico y político para equilibrar preservación y desarrollo.
Rosario avanza de esta manera hacia una normativa patrimonial más moderna y funcional, que busca proteger lo valioso sin frenar el crecimiento urbano. La descatalogación de casi mil inmuebles y la reorganización del inventario abren una nueva etapa para la planificación urbana, la inversión privada y la sustentabilidad del patrimonio arquitectónico de la ciudad.






























