Cuando termine el año, Rosario habrá sumado más de 70 nuevos espacios públicos de cercanía donde antes se acumulaban residuos, reforzando una política urbana que busca transformar puntos de arrojo crónico en lugares de encuentro, recreación e integración barrial. Se trata del programa municipal Plazas de Bolsillo, que continúa avanzando con intervenciones de distintas escalas en todos los distritos de la ciudad.
Entre espacios inaugurados y en obra, serán 72 las plazas recuperadas durante el año, de las cuales 57 ya están finalizadas. Parte de ellas surgieron de proyectos ganadores del Presupuesto Participativo 2025, como las ubicadas en Tarragona y La República (Noroeste); Iriondo y Chancay (Sudoeste); Urquiza y Valparaíso (Centro); Cavia y Larrechea (Norte); Bv. 27 de Febrero y Campbell (Oeste); Blandengues y Buenos Aires (Sur); y la flamante intervención en Valparaíso y Urquiza.
En este último caso, además de la recuperación del espacio urbano, se ejecutó el pavimento definitivo de tres cuadras en Pasaje Túnel, desde Urquiza a Río de Janeiro, junto con la instalación de juegos aeróbicos, bancos, pintura de pisos, reconstrucción de veredas y rampas, además de nueva vegetación. Otro ejemplo es el de Presidente Quintana y Presidente Roca, donde se incorporaron plataformas con juegos, veredas nuevas, rampas, mural artístico, mesas con bancos tipo Z, alumbrado renovado y cartelería actualizada.
A la vez, diez nuevos espacios se encuentran en ejecución y otros cinco iniciarán obra en diciembre, completando así el total proyectado para este año.
Un cambio de paradigma urbano
Con el lema “Donde había un basural, hacemos una plaza”, la iniciativa apunta a erradicar focos reiterados de residuos e instalar un nuevo modelo de convivencia urbana. Las intervenciones incluyen limpieza integral, mejoras del entorno, mobiliario urbano, luminarias LED, murales y acciones de concientización comunitaria.
El programa busca promover actividades recreativas, deportivas y de educación ambiental, pero también fomentar la apropiación vecinal del espacio. Por eso, el diseño de cada plaza se define mediante encuentros participativos, donde los vecinos eligen equipamiento y características según la identidad y necesidades de cada barrio.
Incluso, cada intervención incorpora un mural consensuado con la comunidad, reforzando el sentido de pertenencia y cuidado a largo plazo.
“Cada plaza de bolsillo que recuperamos no es solo un lugar más para disfrutar: es la chance de darle vida al barrio, de recuperar el orgullo por nuestra ciudad y de que los vecinos tengan un punto de encuentro donde antes había abandono”, destacó la secretaria de Cercanía y Gestión Ciudadana, Carolina Labayru.
Implementación coordinada
El plan se ejecuta en conjunto entre las secretarías de Ambiente y Espacio Público, Desarrollo Humano y Hábitat, Obras Públicas, Planeamiento, Cultura y Cercanía y Gestión Ciudadana. La selección de los sitios a intervenir se realiza a partir de reclamos vecinales y del análisis de la complejidad del servicio de higiene urbana.
De esta manera, Rosario reafirma su orientación hacia políticas urbanas de integración social, convivencia y cuidado colectivo del espacio público.
Una ciudad que supera estándares internacionales
Con 521 espacios verdes distribuidos en su territorio, Rosario cumple con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que establece entre 10 y 15 m² de superficie verde por habitante como parámetro óptimo para la calidad urbana.
Las Plazas de Bolsillo se inscriben así en una estrategia mayor: sostener y expandir el acceso ciudadano a espacios públicos de proximidad, mejorar la habitabilidad de los barrios y transformar áreas degradadas en activos urbanos compartidos.





























