Cuenta regresiva en Vicentin: una oferta en pie y una jugada que puede cambiar todo

A menos de tres semanas del cierre del proceso, el Grupo Grassi se convirtió en el único oferente formal en el cram down de Vicentin. La cerealera rosarina, que sumó una alianza con la cordobesa Porta Hnos. para operar la planta de etanol, asegura estar cerca de alcanzar las condiciones exigidas por el juez Fabián Lorenzini. Mientras tanto, Dreyfus y Molino Agro ultiman detalles para presentar su propuesta.

El futuro de Vicentin ingresa en su etapa definitoria. El 31 de octubre vence el plazo fijado por el juez de la convocatoria, Fabián Lorenzini, para que los interesados en quedarse con la empresa presenten una oferta de pago que logre el respaldo de al menos el 51% de las cápitas y de casi dos tercios del capital adeudado.

Hasta el momento, solo el Grupo Grassi formalizó una propuesta. La firma rosarina, segundo acreedor comercial en importancia dentro del expediente, presentó un esquema de pago que incluye un “menú” de opciones para los acreedores, según el nivel de compromiso que asuman con la nueva etapa de la compañía.

El planteo establece que quienes aporten granos o financiamiento por un período de diez años podrán recuperar hasta el 200% de su acreencia original. En cambio, los que participen en menor medida afrontarán mayores quitas. Desde Grassi aseguran que su propuesta “ya está orillando los mínimos requeridos” por la Justicia, lo que la posiciona como la más avanzada en el proceso.

Además, la cerealera selló una alianza estratégica con la cordobesa Porta Hnos., líder en la industria del etanol, para el desarrollo y operación de la planta de Vicentin en Avellaneda, en caso de adjudicarse el cram down. El acuerdo apunta a garantizar la continuidad productiva y mantener activas todas las fábricas del holding.

En este contexto, “el que llega primero gana”, ya que la normativa establece que la primera propuesta que reúna las mayorías fijadas se queda con la empresa, independientemente de que surjan otras luego. Cada acreedor puede aceptar una, varias o ninguna de las ofertas, lo que convierte al proceso en una verdadera carrera contrarreloj.

Mientras tanto, Dreyfus y Molino Agro confirman que trabajan en una oferta propia, que califican como “competitiva” y “ganadora”. Versiones del mercado indican que las compañías podrían sumar a la Unión Agrícola de Avellaneda (UAA) e incluso a Bunge para conformar una propuesta conjunta con mayor respaldo financiero.

Sin embargo, la demora en la presentación juega a favor de Grassi, que ya mantuvo reuniones con sindicatos y personal de Vicentin para exponer su plan de reactivación, que incluye una eventual alianza operativa con Cargill para el área de trading y comercio exterior.

Las próximas semanas serán decisivas: si no aparecen nuevas ofertas o si Grassi logra reunir las adhesiones necesarias, la histórica cerealera rosarina podría quedarse con Vicentin, marcando el cierre de una de las historias empresarias más resonantes de los últimos años en la Argentina.

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