Cosecha con buenos rindes en el noroeste bonaerense

Sin embargo, emergen desafíos como el control de plagas y la volatilidad de los precios en los mercados de granos.

En los campos del noroeste de la provincia de Buenos Aires, una realidad esperada con ansias se está materializando después de más de tres años. A pesar del estrés térmico y la sequía experimentada en la segunda quincena de enero, los cultivos de la cosecha gruesa están mostrando un estado general más que aceptable. “Tenemos cosecha y eso es una gran noticia”, anuncia Fabricio Navone, ingeniero agrónomo y directivo de la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Junín (AIAJ). En maíz se lleva cosechado en promedio un 10% de los lotes de la zona.

Las lluvias de febrero fueron fundamentales, complementadas por las precipitaciones de la semana del 11 de marzo que rondaron los 100 milímetros en promedio en al noroeste bonaerense.

Según Alejandro Giordano, ingeniero agrónomo y asesor agropecuario, estas lluvias han beneficiado especialmente a los cultivos de siembras tardías, como los maíces tardíos y las sojas de segunda, que están transitando el llenado de granos. Además, han contribuido a recuperar los perfiles hídricos, una buena noticia también para los cultivos de fina.

En relación a los maíces tempranos, Giordano comenta que la cosecha que ya se había iniciado se retrasó por el temporal de los últimos días. Pese a todo, el maíz temprano se proyecta con muy buenos rendimientos.

En la misma línea, Fabricio Navone, asesor de campos en la zona noroeste, sobre todo en Rojas y Junín agrega que “los maíces tempranos ya estaban hechos. Sufrieron el golpe de calor, pero ya habían florecido y habían tenido el periodo crítico con una lluvia óptima. Por lo cual, el rendimiento se va a ver afectado por la sequía, pero estando en un nivel de los 9.000, 9.500 kilos por hectárea. La seca le pegó en cuanto a peso de grano y no a número. Esto en maíz de septiembre o de octubre”.

Maíces de segunda en buenas condiciones, pero en alerta de plaga

El maíz tardío sembrado fue el que más sufrió porque el golpe de calor y la falta de agua afectó su período de floración. Las lluvias llegaron tarde y se va a notar claramente en su rinde. “Cuando comenzaron las precipitaciones el maíz estaba justo en el estado previo a la floración, favoreciendo la polinización y cuaje de granos. La últimas lluvias de la semana pasada fueron muy efectivas para el llenado de grano”, dice Navone.

“Se espera un buen rinde para el maíz sembrado en diciembre de segunda o tardío. Esta técnica se utilizó en muchas hectáreas debido al no aporte de agua de napa (a más de 4 metros de profundidad según zona), pensando como la única fuente el agua de lluvias”, agrega Navone.

En los maíces tardíos el elemento a vencer es una nueva alerta que no es climatológica: el spiroplasma transmitido por una chicharrita, que preocupa porque ha producido pérdidas muy importantes en el norte, centro del país, y ya empieza a aparecer algunos síntomas puntuales en la zona noroeste. “No hay muchas herramientas para el control y solo se pueden trabajar parcialmente desde el manejo, adelantando las fechas de siembra, por ejemplo”, dice Giordano. “Es una incógnita proyectando las próximas campañas ya que el avance de esta plaga puede afectar significativamente los rendimientos de maíz si se dan las condiciones. En la actualidad no hay en el mercado híbridos tolerantes a esta enfermedad”, finalizó.

La soja de primera con buenos resultados

En cuanto a la soja, los resultados son mixtos. Mientras que la soja de primera de ciclo largo se proyecta con buenos rendimientos, los lotes de soja de ciclo corto han sido más afectados por la sequía y las altas temperaturas. La soja de segunda, por su parte, está mostrando una respuesta favorable al llenado de granos, aunque con cierta variabilidad en su condición debido al estrés sufrido en enero.

La soja de primera de ciclo largo tuvo un final de llenado bueno por las lluvias. “Estoy viendo lotes arriba de 30 quintales”, explica Navone.

“Las hojas de primera también se ven bien, no a niveles récord, pero se proyecta una muy buena cosecha. Se estiman 30 – 40 quintales. La cosecha de soja se iniciará hacia fines de marzo y principios de abril. Ahí se suspenderá la cosecha de maíz y se pasará a ponerle foco a la de soja. Las hojas de segunda por ahí están más dispares porque fueron las que más sufrieron ese estrés de enero y por eso se ven variables. Se han recuperado después con las lluvias posteriores de febrero y marzo y están transitando el llenado de granos con una condición buena”, explica Giordano, socio de la empresa Pampas Agroimputs S.A. (Fuente: ExpoAgro)

 

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