Las marcas tienen claro que figura quieren

Hace apenas unos días la multinacional norteamericana Nike ponía del revés el mundo de la industria y el marketing deportivo presentando la renovación de por vida que realizaba a una de sus grandes estrellas, la más importante dentro del fútbol que tiene la compañía: Cristiano Ronaldo, una renovación de por vida que venía a unirse a las otras dos que Nike tiene en el mundo del deporte y ambas, casualmente, dentro del mundo del baloncesto: Michael Jordan y LeBron James. Ahora, y ser anunciada la misma, el debate se centra en si su rival adidas seguirá una actuación similar con su gran estrella: el internacional argentino Leo Messi.

Cristiano Ronaldo: un negocio seguro

El acuerdo alcanzado con el internacional portugués Cristiano Ronaldo no es, ni mucho menos, un asunto de menor importancia. El futbolista se embolsará gracias a esta relación en los próximos años hasta 1.000 millones de euros, una cifra que le permitirá cobrar anualmente más dinero por su desempeño fuera de los terrenos de juego que por su ficha con el Real Madrid, cuyo contrato ha sido igualmente recientemente renovado.

La cifra, que puede parecer simplemente desorbitada, no lo es tanto si tenemos en consideración la influencia y el poder de la marca Cristiano en el mundo de la publicidad no solo ya en el momento actual sino en el futuro, incluso aún retirado. Cristiano, al igual que Michael Jordan o LeBron James, son, desde el punto de vista comercial, marcas cuyo brillo, lejos de apagarse con su retirada del mundo del deporte profesional, se consolidan en el mundo de los negocios hasta el punto de ser capaces de dar una tasa de retorno hasta 8 y 9 veces superior a la inversión realizada, motivos más que suficientes como para que Nike haya decidido construir en torno a ellos una marca globalizada para toda la vida.

Con el acuerdo de la renovación de Cristiano y Nike aún vivo en los medios de comunicación, apenas unos días después comenzó a plantearse en los mismos y en las redes sociales, un intenso debate acerca de lo que debía hacer adidas con su gran embajador a nivel mundial, el internacional argentino Leo Messi: esto es, si seguir el mismo camino por el que había optado continuar Nike en su relación con Cristiano Ronaldo o si, por el contrario, plantearse muy seriamente la oportunidad y rentabilidad de una vinculación deportiva con la figura argentina.

Y en adidas dudan. Y dudan no por el hecho en sí de la repercusión comercial de la marca Messi en el mercado en el momento actual, algo que está fuera de toda posible discusión sino por el valor que el internacional argentino pueda reportar a la compañía dentro del mundo de los negocios una vez este acabe retirándose de los campos de juego.

Para plantearse esta seria disquisición, en la marca germana recurren al único embajador que tienen en la actualidad en las mismas condiciones que Nike hace con Cristiano, LeBron o Michael Jordan: el británico David Beckham. Y desgraciadamente para Messi, la comparación no sostiene ni tan siquiera un debate mínimo acerca de qué marca tiene mayor potencia dentro del mercado.

adidas lo tuvo claro desde un principio en su relación con el británico David Beckham. Cuando éste anunció su retirada de los terrenos de juego, lejos de plantearse su vinculación con el ex del Real Madrid y del Manchester United, allá por el año 2013, adidas puso en la mesa del jugador y sus representantes un contrato que rondaba los 9 millones de euros anuales sólo en concepto de representación, pluses e incentivos aparte, una cantidad que multiplicaba casi por 5 lo que en aquel momento adidas pagaba a Leo Messi. Tan sólo unos años después, adidas subió la nómina de Messi hasta situarla en torno a los 8 millones de euros, una cifra no obstante que continua siendo inferior a la que percibe el británico, cuya cantidad real en el momento actual se acercaría a los 10-11 millones de euros según se cifra en el sector.

El motivo de esta diferencia no admite debate: David Beckham es una de las marcas más consolidadas en todo el mundo dentro del apartado de la publicidad y los negocios, algo que llevó a adidas a no desprenderse del deportista ni tan siquiera cuando se retiró hasta el punto de que fue su trono el que cogió Cristiano Ronaldo dentro del mundo de la publicidad entre los futbolistas en activo.

Ahora la marca se plantea si debe dar el mismo trato que Nike da a Cristiano Ronaldo o que la propia adidas da a David Beckham. Y en la firma germana lo tienen claro: Messi no es Beckham. Entre los especialistas de la entidad existen serias dudas de que la marca Messi sea capaz de aguantar el status actual dentro del mundo del marketing deportivo y la publicidad una vez éste haya decidido abandonar los terrenos de juego, lo que supone un importante lastre en las intenciones de la compañía por renovarlo de por vida y en las posibilidades del argentino de contar con el apoyo y respaldo de la firma germana una vez abandone la práctica del fútbol profesional.

La sola posibilidad de que Nike (o cualquier otra marca rival) pudiera aprovechar la circunstancia para tratar de incorporarlo a su catálogo de embajadores una vez abandone la práctica deportiva profesional es lo que mantiene aún a adidas en la duda de si ofrecer a Messi un contrato similar al que Nike ha puesto encima de la mesa de los representantes del portugués. Porque en la marca alemana tienen muy claro lo expuesto anteriormente: que Messi, para desgracia de adidas, no es Beckham.

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