Por Fabiana Suárez – Directora de Redacción
El recordado periodista Emilio Perina escribió en 1981 “La máquina de impedir”, un libro en el que relataba las políticas públicas desacertadas empleadas insistentemente durante décadas en el país, sometiendo a la iniciativa privada a una feroz presión fiscal, con regulaciones, cepos y un entramado burocrático que somete al ciudadano al más despiadado escarnio de la administración pública.
Conservando (desafortunadamente) una increíble vigencia, la obra confirma el vicio de una Argentina contumaz, incapaz de aprender de sus propios errores y de atreverse a mirar, sin resentimiento, la receta que aplicaron las naciones más exitosas.
En esta edición especial, ON24 dedica buena parte de sus páginas a dos trabajos de investigación de la Fundación Libertad que, con la objetividad de los datos oficiales y el relevamiento realizado por el think tank sobre el sector de las pymes, materializa en números, el título metafórico utilizado por el escritor.
Las regulaciones llevadas al paroxismo de la complejidad, obligan a una pequeña empresa, según estos informes, a destinar 794 horas anuales en trámites burocráticos para poder funcionar. Existencia que soporta además, un sistema vergonzoso de subsidios, producto de políticas populistas, que condenan a una pyme a soportar una presión fiscal del 106%, indicadores todos, que condenan al país a un clima de negocios hostil, dejándolo mal parado en el ranking de las naciones más amigables para la inversión.
No siendo un libro conocido por la gran mayoría de las nuevas generaciones, su título, “La máquina de impedir”, se convirtió en la metáfora más empleada por los argentinos para reflejar su impotencia, las ganas abatidas y la frustración de querer y no poder.
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