“Con Scioli y el cepo ya hubiese explotado el país”

En la edición aniversario de ON24 repasamos junto a Walter Castro los hechos más relevantes del derrotero argentino de los últimos nueve años, y los desafíos de construcción del país que viene. “Lo que hay que hacer es “revolucionario”, y todavía no se empezó”, adelanta uno de los periodistas más agudos de la ciudad.

ON24: ¿Qué evaluación hace de la Argentina en los últimos 9 años?

Si uno intenta hacer una crónica de estos últimos nueve años, es que estuvimos cabalgando en lo que en economía se conoce como un ciclo y un pro ciclo. Una fase de la economía donde hubo empleo suficiente, la gente cobraba su sueldo a fin de mes, tenía oportunidades de mudarse de un trabajo a otro, tenía dinero en el bolsillo que le permitía movilizarse. Esto caracterizó los últimos diez años.

Aunque en rigor de verdad, en los últimos cuatro años, toda esta fase es “insustentable”, porque no se puede sostener a lo largo del tiempo. Hubo consumo, no hubo inversión y Argentina tuvo caída en las exportaciones, en consecuencia, no había futuro. Se consumía lo que se producía y más, y así se deterioraba el capital; las rutas están arruinadas, la banda ancha colapsa, las comunicaciones se cortan y la EPE que no tiene estructura que soporte.

La buena noticia, si se puede rescatar alguna en estos nueve años, podría ser que no hubo una crisis económica, pero la gente hoy debe tener una cierta nostalgia de bienestar, que se fue perdiendo a partir de 2007 – 2008. Cuando los superávit gemelos desaparecen, el Gobierno entra en déficit, empiezan a emitir para financiar un gasto público desbordado.

La llamada “década ganada” fue una década desperdiciada totalmente, porque con los buenos precios de la soja se redistribuyó para que se consuma, y se terminó consumiendo más de lo que se produjo, hasta endeudarse en pesos y con una tremenda inflación, vaciando las arcas del Banco Central. En tanto el cepo frenó toda inversión. Ahora se debe empezar de nuevo.

ON24: ¿Cómo analiza las medidas tomadas en los primeros meses del nuevo gobierno?

Lo que está viniendo es un sinceramiento de las variables, ya no se pueden regalar más servicios, y al amortiguar eso, se le transfiere parte del problema al bolsillo de la gente, que, teniendo que pagar el aumento de esas cosas básicas, más las paritarias del 30% que han dado algunas empresas grandes que las trasladan a los precios, de alimentos, de prepagas o servicios en general, da como resultado que las economías familiares crujen, lo mismo que las de las empresas medianas y más pequeñas. Hoy, una buena noticia es que el “clima” de la sociedad cambió tremendamente. Con Scioli y cepo, ya hubiese explotado el país.

La promesa de este Gobierno de hacer un plan presupuestario, financiero, del tipo de cambio, y darlo a conocer, es una muy buena noticia. Que hayan abierto las puertas a los mercados internacionales es una gran cosa, que se haya pagado la deuda para salir del default es una gran medida; que Argentina después de muchos años, comience a verse atractiva para inversiones, es muy bueno. El tema es que todo esto demanda tiempo.

Por primera vez en América Latina se ve claramente a Venezuela yéndose al infierno, a Chile, Perú y Colombia marchando a competir en el mundo en mercado libre y exportando mucho y al Mercosur en jaque. A poco que la economía se normalice y si políticamente eso se “aguanta”, en un país que no recibe inversiones hace 10 años, hay esperanza para poder recibirlas nuevamente.

ON24: ¿Cómo empezar otra vez?

Reacomodando los precios relativos. El Gobierno anterior dejó una economía con un mecanismo de relojería con una bomba como el que le dejó Menem a De la Rúa. Cuando Kirchner asume el Gobierno en 2003 el ajuste se lo había hecho ya Duhalde y Remes Lenicov con el dólar a 4 pesos, los salarios muy bajos, la Argentina lista para exportar, precios internacionales fantásticos, default de la deuda que no iba a pagar, allí no había modo que la economía no arrancara a tasa china, pero eso fue 2003 – 2007.

Después, los pilares para hacer los cimientos para que crezca la economía no se hicieron nunca. Al Gobierno no le interesaban ni las empresas ni las inversiones, ni el largo plazo.

Hoy comienza todo de nuevo. Macri tiene un contexto similar al de De la Rúa, con precios internacionales para abajo, el mundo está retrayéndose, con una pésima cosecha este año por las grandes pérdidas en Santa Fe.

Lo bueno es que Argentina dejó de ser “chavista”, con una canciller que es una persona “normal” que habla con todos los presidentes del mundo, miran a nuestro país como un país que trata de homologarse al resto del mundo; con mismos protocolos, mismas reglas, la misma manera de proceder, se pagan las deudas, sincera el tipo de cambio y quita el cepo, tratando de contener inmediatamente la inflación, seguramente se endeudará; que es lo que deberán hacer los gobernadores y los intendentes para intentar suavizar ese ajuste.

El ajuste es sincerar la economía para que cada cosa cueste lo que tenga que valer y así la inversión se dé cuenta donde conviene invertir. Recién cuando se ve nítida la rentabilidad, la inversión viene.

ON 24: ¿Cómo ve a Santa Fe en este contexto? ¿Cuál es el principal tema a resolver por Lifschitz?

La inseguridad. En estos últimos 10 años la cara de Santa Fe cambió. Se está al techo del crimen a nivel nacional, la Policía ha sido connivente con el delito. Si la gente no puede salir a la calle, no sirve tener una costanera hermosa, mostrar bici sendas, o paseos para caminar, si se hacen dos cuadras hacia un barrio y ocurre un delito. Este es un problema estructural muy fuerte. 

ON 24: ¿Y la inflación?

Va a bajar porque la tasa de interés está muy alta, que es lo que el Gobierno intenta, o porque vendrá la recesión a nivel de precios. Por un lado o por el otro. Es probable que haya estancamiento (que ya lo hay) y recesión con precios altos a que los precios sigan subiendo todo el tiempo, porque no hay quien los pueda convalidar tan arriba.

Hoy en un supermercado el 5% de la gente compra primeras marcas, el resto ajusta por precio y por calidad. Esto hace a veces que algunas industrias que son muy concentradas, en vez de invertir para expandirse y exportar, prefieren subir los precios, achicarse y aumentar el margen.

ON 24: ¿Y en el largo plazo? ¿Qué necesita el país para mantener un crecimiento sostenible?

Argentina necesita una revolución de modernización de ideas. Si logra sembrar las semillas de cambio para que la educación deje de ser manejada por los sindicatos, sin tomar examen a los maestros, que los niveles educativos caen respecto de otros países. Esto implica un cambio de paradigma gigante.

Si entre las dos peatonales de Rosario, se está un año y medio con obras, es un síntoma de decadencia. No existe ningún lugar en el mundo donde estén más de un año para arreglar 5 cuadras. Para intentar paliar esa decadencia primero se deben cambiar las ideas.

Para que la gente viva mejor y todos vivamos mejor, tiene que haber un cambio estructural, de tal magnitud, que tienen que venir empresas todos los días a invertir dinero en cosas diferentes, un clima de desregulación donde se pueda invertir sin que lleguen diez funcionarios a intervenir y molestar a cada rato. Muchos menos impuestos, simplificar el sistema tributario, simplificar el sistema de legislación laboral para incluir a todas las personas que están fuera del sistema.

Lo que hay que hacer es “revolucionario”, y todavía no empezó. Habrá que ver si Argentina está dispuesta a caminar este proceso.

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