Difícil transición política y financiera

Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe

Mientras el gobierno nacional empapela a su sucesor con bonos, títulos públicos, obligaciones negociables y cuanta herramienta tenga a mano para llegar con el tanque de reserva al 10 de diciembre, la Provincia de Santa Fe tiene que apelar también a un menú de herramientas financieras como la emisión de letras, el pago con cheques diferidos y adelantos bancarios para hacerse de dos mil millones de pesos, que según sus técnicos los utilizará Miguel Lifschitz para no tener sobresaltos en un verano que climática y económicamente se pronostica bastante azaroso.

El administrador de la Hacienda pública santafesina Angel Sciara redujo lo que para algunos miembros de la oposición es una catástrofe a un “bache financiero”, causado por el impacto de la masa salarial resultante de las paritarias de 2015 -y no incluidas en el actual presupuesto-, el déficit previsional de dos mil millones de pesos; y hasta el costo adicional de entre 350 y 400 millones de pesos que demandó el proceso electoral. Para algunos, Sciara exageró al incluir entre los causantes del “bache financiero” la “sobre ejecución de la obra pública”, aunque sus funcionarios insisten en que así fue para solidificar la campaña electoral.

Lo cierto es que ser la Provincia que tiene los mejores sueldos públicos tiene sus bemoles cuando las monedas escasean. Bonfatti está pidiendo plata para no dejarle a Lifschitz el problema de pagar los sueldos de los estatales en enero. Serán $2.000 millones de operaciones de financiamiento que podrán utilizarse en el futuro.

Un apartado especial para la deficitaria Caja de Jubilaciones (de la cual ningún candidato se acordó en la campaña, a pesar de conocerse sus columnas en rojo) que le come dos mil millones de pesos por año a la billetera de Hacienda.

Una diputada provincial, Verónica Benas, en coincidencia con Hermes Binner habló de los 30 mil millones de pesos que la Nación le debe a Santa Fe por la detracción indebida del 15 por ciento de los fondos coparticipables (este año serán 5 mil millones de pesos que se quedará la ANSES).

A todo esto, hay que agregarle la desproporción que existe entre los haberes mínimos de 5.600 pesos y los máximos de 128.000 pesos que paga la Caja. Benas presentó el año pasado un proyecto de ley estableciendo un tope máximo para las jubilaciones equivalente a 10 veces la jubilación mínima, apuntando apuntado a la ley de enganche, por la cual la Corte Suprema de la Nación fija los porcentajes de los aumentos salariales. Inmediatamente le saltaró a la yugular el Sindicato de Trabajadores Judiciales de Santa Fe rematando que (la Ley de Enganche) es la máxima reivindicación de todos los judiciales del país, y que los judiciales de Santa Fe son de los pocos que la mantienen.

Además, el tesoro provincial debe financiar los retiros policiales, los reconocimientos a los ex combatientes de Malvinas y a las víctimas del terrorismo de Estado durante la dictadura.

Retomando el pedido de endeudamiento de Bonfatti, desde la Casa Gris le quitan dramatismo ejemplificando domésticamente que con un Presupuesto 80 mil millones de pesos, pedir financiación por dos mil millones es como tener un sueldo de 8 mil pesos y pedir 200 pesos a pagar en cuotas. Desde un punto de vista más técnico, explican que era sabido que en cualquier provincia iba a ser complicado terminar el año; y que seguramente las Provincias peronistas esperan que gane Scioli para pasarle la factura a fin de año y que les cubran el rojo.

Desde la cartera de Sciara aseguran que la clave está en que este año fue una economía donde los contratos de obras, suministros y políticas salariales se fijaron según pautas inflacionarias del 30% (expectativas adaptativas al pasado reciente) y en los hechos la inflación y el bajo crecimiento hizo que los recursos no alcanzaran para cubrir todo en un año donde terminar pidiendo ampliar los $400 millones -que ya figuran en el presupuesto actual- hasta $2.000 millones (y con posibilidad de quedar para uso permanente) luce más a un cierre aceptable que a una situación caótica. Pero están preocupados.

Lo cierto es que la cuestión le permitió al peronista Mario Lacava lucir sus últimos arrebatos literarios como legislador opositor, asegurando catastróficamente que la Provincia está en cesación de pagos; mientras que el aún no asumido diputado Carlos Del Frade, más dedicado al revisionismo ideológico, acusó al socialismo gobernante de falta de valentía política porque regala 5 mil millones de pesos anuales en exenciones impositivas, fundamentalmente a grandes empresas que facturan miles de pesos por minuto; y se pregunta ¿por qué si producimos más de 250 mil millones de pesos, el gobierno cree que un presupuesto de 76 mil millones alcanza para cubrir las necesidades del pueblo?.

Seguridad, finanzas y El Niño desvelan a Lifschitz

Al Gobernador electo le quita el sueño los escenarios que tendrá que gobernar después de los fastos del traspaso de mando del 10 de diciembre. Para aliviarle el panorama financiero Bonfatti está asumiendo el costo político de pedirle al Parlamento el destacado endeudamiento; mientras que por las insondables consecuencias de El Niño también la actual gestión activó todos los mecanismos de Defensa Civil. El resto corresponde a la Naturaleza y quizás – porque no – al eficiente poder de la oración de los creyentes para que los pronósticos fallen.

Lo que no se arregla con plegarias es la inseguridad. El flamante Jefe de Policía Rafael Grau fue contundente al recordar el gran problema que vive la sociedad en momentos de crisis de valores, de generación de antivalores y de crisis de autoridad. Grau pidió además que la justicia esté a la altura de las circunstancias para que quienes cometieron ilícitos no recuperen la libertad tan rápidamente.

El senador radical Lisandro Enrico metaforizó crudamente: “hasta que el olor a podrido no llegue a las narices de los jueces, no se van a tomar medidas”, y pidió que la Cámara de Diputados no demore más el tratamiento de leyes de su autoría, su par de bancada Hugo Marcucci y el diputado peronista y coterráneo Darío Mascioli que van en sintonía con el ruego del Jefe Grau.

Precisamente Mascioli presionó a sus pares para que se trate en la Cámara Baja, a la cual pertenece, las reformas al Código Procesal Penal donde se apunta a dar más herramientas legales a los fiscales y los jueces, modificando los artículos que tiene que ver con  la prisión preventiva, la flagrancia y también los plazos, ya que, según el legislador peronista  hay que evaluar si se pueden tener algunas consideraciones como la prisión morigerada, la salida laboral o para estudiar a quienes infringen las leyes penales, ya que pareciera que quien delinque no ve esos beneficios como una posibilidad de cambio de conducta sino como una suerte de impunidad.

Radicales y socialistas en busca del gabinete de Lifschitz.

Ansiedades por un lado y calma tibetana por el otro. Radicales y socialistas siguen negociando la constitución del futuro gobierno del Frente. El martes se verán las caras de nuevo.

Algunos quieren apurar los tiempos para que la transición no erosione las negociaciones, sobremanera dentro del radicalismo donde ya asoman a la superficie viejos enconos, aderezados por desconfianzas y recelos que, suponen los menos agitados, podrían ser perfectamente utilizados por el socialismo para beneficio propio.

Desde el socialismo aseguran que sus socios saben los Ministerios que les corresponderán – el doble de los actuales – en el futuro gobierno. Pero los radicales insisten que no hay definiciones en ese terreno, hecho que los sensibiliza e inquieta. El sínodo de NEO se reunió la simbólica noche sísmica del miércoles noches para consensuar estrategias negociadoras – algunas bastantes arriesgadas- que podrían llegar a generar fuertes debates internos con las otras líneas internas, que pretenden otra filosofía de trabajo dentro del radicalismo que no pase únicamente por los sillones a ocupar.

El FPCyS tendrá una dura parada los venideros cuatro años si el peronismo – con Scioli – ganare las presidenciales. Santa Fe con Omar Perotti (tal vez como Ministro nacional) será objeto del deseo para recuperar el poder. Y no solo en la Provincia. A nivel local ya comienzan a avizorarse movimientos en las placas tectónicas.

Desde el rincón socialista y para aventar dudas de tirantez entre el actual Gobernador y su sucesor, aseguran que Bonfatti y Lifschitz se juntan todas las semanas para compartir miradas sobre la futura gestión, a tal punto que la semana entrante ambos viajarán a Chile para la firma de sendos convenios con los Ministerios de Justicia y el Ministerio del Interior.

Mientras tanto, el peronismo aguarda que Omar Perotti vuelva a imponerse en las elecciones del 25 de octubre para ungirlo naturalmente como el candidato a Gobernador en el 2019. El homenaje al inefable “Chueco” Mazzón devolvió a la casa justicialista, aunque sea por un sentido momento, a los hijos pródigos de PyT que jugaron la provincial con Miguel del Sel (Reutemann, Martínez, Saleme y el líder gremial Jorge Molina) quienes ya establecieron un ducto político entre la presidencia de la Cámara de Diputados y el peronismo local para desembarcar en el Concejo municipal santafesino.

Todo es posible en la extensa y generosa viña de la política.

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