Vaca Muerta: ¿El animal sagrado que nos cambiará la economía?

Esta semana fue tapa de todos los diarios las noticias que provenían del yacimiento petrolífero de Vaca  Muerta, una formación de shale (petróleo de esquisto o shale oil y gas de lutita o shale gas) en la provincia de Neuquén. Este yacimiento fue descubierto hace más de 90 años por el geólogo Charles E. Weaver quien haciendo estudios de campo para la Standard Oil of California (Chevron) dio con esta formación en la ladera de la sierra que lleva su nombre.

Potencial productivo

Este descubrimiento daba cuenta de una estimación de reservas en 2011 de 927 millones de barriles de los cuales 741 millones corresponden a petróleo y el resto a gas. En 2012 nuevas estimaciones (de YPF) elevaron las estimaciones a 22.500 millones de barril equivalente de petróleo (BEP).

Las estimaciones de potencial productivo posicionan a la argentina como una verdadera potencia mundial en materia de reservorio de shale gas (junto a China, Rusia y EEUU). El posicionamiento geográfico de la formación permite una técnica de explotación vertical que posibilita una reducción de costos en los procesos de extracción.

Vaca Muerta (693 pozos) se encuentra alejado de las zonas urbanas reduciendo así los efectos secundarios o derivados de la actividad productiva en la población, a diferencia de lo que acontece con su similar yacimiento de Eagle Ford (17.500 pozos) que se desarrolla en las inmediaciones de los centros urbanos en Texas.

El valor  del barril en el mundo fue dando tumbos (USD120 en 2013; USD26 en 2015 y USD53 en el 2016) con una volatilidad tal que amerita una dirección eficiente del negocio para no rodar como lo hicieron los precios.

La importancia de este acontecimiento tiene varias aristas políticas y económicas, pero sin dudas la mas importante es un giro copernicano en la forma que el Gobierno, el empresariado y los Gremios comienzan a cooperar en una misma dirección. Después de muchos años la EFICIENCIA vuelve a estar en la agenda y diccionario de nuestra economía.

El anuncio del Presidente M. Macri del acuerdo entre empresas, sindicatos y Gobierno de Neuquén incluye inversiones por U$S 5.000 millones de dólares para áreas no convencionales y en especial Vaca Muerta, asi como la extensión del programa gas plus hasta el año 2020 (garantiza valore de referencias USD 7,5 a los fluidos que se incorporen por nuevos procesos a los desarrollos en el yacimiento).

Este acuerdo posibilitará establecer un nuevo marco de reglas de juego en la industria, estimular las inversiones necesarias y atrasadas, el autoabastecimiento de petróleo y gas que nos liberaría de las importaciones, converger hacia el import parity (paridad de importación con los precios del crudo), un “efecto derrame” sobre sectores como el agroindustrial, la consecuente generación de puestos de trabajo y además resolver el suministro de la energía que sin esta última, el crecimiento que auguramos es inviable. 

El cambio que se viene

Vaca muerta es un caso testigo sobre el que se posan las miradas de nuevas negociaciones sectoriales. La industria que en general se dinamiza hacia la tecnología de la producción se aleja cada vez mas de los anticuados conceptos sindicales de la década del 70. Las consecuencias de estos modelos vetustos se manifiestan en la precarización laboral, un país con una pobreza (ahora medida) de más del 30%, una inflación del 40%,  déficits fiscales con recaudaciones records permanentes y una agobiante presión fiscal sobre 8 millones de aportantes para sostener un intervencionismo caro, ineficiente y que quita competitividad a nuestra economía.

Basta comparar sus consecuencias en el costo laboral en una industria como la automotriz argentina (una de las más avanzadas en robotización) 70% más caro que su par de Brasil o un 110% más alto que México.

Los costos de ineficiencia o pérdidas por cese de producción han sido moneda corriente en los últimos años, como el caso de Sinopec (compañía China de petróleo situada en Santa Cruz) con 76 conflictos durante el 2016 a una razón de más de 6 episodios mensuales, costandole a las empresas varios millones de dólares, desvinculaciones y más erogaciones al estado.

El costo laboral en Vaca Muerta se reduciría entre un 30 y 40% como consecuencias de las modificaciones en las horas taxi, la cantidad de operarios por pozo, la eliminación de las horas viento en superficie y las restricciones de los trabajos en altura cuando la velocidad del viento supera los 60 km/hr. Las empresas se comprometen así como contrapartida ejecutar los planes de inversión postergados como también a recuperar los puestos de trabajo perdidos.

Los sindicatos de mecánicos Smata, textiles, automotrices y la Uocra serían los próximos en revisar y negociar las condiciones de trabajo en aras de ganar competitividad (e ingresos a los trabajadores), fomentar las inversiones, reducir el costo laboral y que estos avances impactan en la producción y el valor agregado.

La vaca es un animal sagrado hace más de 2500 años en la India, promueve la fecundidad y maternidad, el origen mismo de la vida. Ojala este acuerdo histórico e inédito entre gobierno, empresas y sectores sindicales que comienza con Vaca Muerta sea el símbolo que promueva un resurgir económico que en la argentina de hoy nos lo debemos.

Lic. Gustavo Helguera

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