Las tarifas energéticas y la judicialización de la política

Por Garret Edwards

@GarretEdwards

Director de Investigaciones Jurídicas de Fundación Libertad 

Finalmente la Corte Suprema de Justicia de la Nación falló respecto al tarifazo de gas, en lo que es una demostración más de que desde hace bastante tiempo, por lo menos desde hace un largo tiempo antes del 10 de diciembre de 2015, antes de que Mauricio Macri asumiera la Presidencia de la Nación, que la agenda política argentina no puede no leerse sino en clave judicial y legislativa. Todo lo político pasa por Tribunales y por el Congreso. Guste o no guste, esté bien o esté mal.

En una semana que será recordada por lo corta y por lo intensa, la Corte Suprema, que al momento de este artículo aún no tiene a su quinto miembro, Carlos Rosenkrantz, falló unánimemente sobre el tarifazo. Con las firmas de Lorenzetti, Highton de Nolasco, Maqueda y Rosatti, la Corte cerró un capítulo de esta novela, e inauguró otro nuevo. La unanimidad es un mensaje directo de Lorenzetti, el Presidente de la Corte, a Macri. En lo que ya era la crónica de una derrota anunciada para el Gobierno Nacional, confirmó en parte el fallo de la Cámara de Apelaciones de la Plata, que suspendía los aumentos en las tarifas de gas, y sin embargo no fue tan dura como el dictamen que la Procuradora General de la Nación Alejandra Gils Carbó había emitido con anterioridad.

Entre los ejes centrales de esta sentencia debe mencionarse que la Corte marca el error formal principal del Gobierno Nacional, que fue el hecho de que para la fijación de tarifas de gas se deberían haber llevado adelante audiencias públicas previas, que el máximo Tribunal considera son de cumplimiento obligatorio. En orden a llegar a esta conclusión, los ministros concatenan el art. 42 de la Constitución Nacional con normas de jerarquía inferior. A su vez, la Corte reduce el campo de aplicación del fallo de Cámara y lo circunscribe al colectivo de los usuarios residenciales, dejando fuera de este beneficio a los no residenciales: a los industriales y comerciales.

En este punto, es importante destacar que para los usuarios residenciales se retrotraerán las tarifas a los valores vigentes previos al aumento dispuesto por las resoluciones del Ministerio de Energía que se invalidan. Esto es: previo a todos los aumentos que se sucedieron con posterioridad al 31 de marzo de 2016. Es decir, a los valores de 2015 para el gas. También se mantendrá la tarifa social, algo que se dudaba, para no perjudicar a los sectores más vulnerables de la población.

¿Y en la práctica qué va a pasar? Lo explicó en conferencia de prensa el Jefe de Gabinete Marcos Peña, junto al Ministro de Energía Juan José Aranguren, y al Ministro de Justicia Germán Garavano. Ya está dada la orden a las empresas para que refacturen conforme al criterio sentado por la Corte, con los valores anteriores, sin aumentos. A la gente que pagó de más, las empresas tendrán que hacerles una nota de crédito reconociendo esos montos, y si fue mucho, probablemente no pagarán el gas prácticamente hasta fin de año. Por otro lado, la gente que no pagó las boletas, o las pagó en parte, tendrá que esperar que le lleguen las boletas nuevas, con los valores viejos, y recién ahí pagar. La Corte sumó a esto un detalle no menor, a nadie podrán cortarle el servicio por no haber pagado en este período de discusiones.

En un gesto de institucionalidad, y de intentar mostrar optimismo de cara al futuro, Marcos Peña dijo que la tarea del Gobierno Nacional “no pasa por discutir u opinar sobre los fallos de la Corte, sino [por] cumplirlos”, lo cual es saludable de escuchar. En el Boletín Oficial se encuentra publicada la convocatoria para las audiencias públicas, que iniciarán el 12 de septiembre próximo, en un proceso que en total podría insumir unos sesenta días. Todavía no se entiende cómo el Gobierno Nacional pudo pretender obviar las audiencias públicas para ahorrar tiempo, y terminar perdiendo ahora el doble de tiempo.

A más de eso, estas audiencias serán obligatorias en su realización, pero no vinculantes en su contenido. Es decir, tranquilamente el Gobierno Nacional en sesenta días podría estar volviendo a aplicar, ahora legal y legítimamente, los aumentos que la Corte hizo caer. Lo que nunca podrá hacer es cobrarle un retroactivo a los usuarios residenciales por el aumento. Y ahí es importante aclarar lo siguiente: se ha hecho poca mención de los usuarios no residenciales porque la Corte nada dijo sobre ellos; por ende, aún les pesa el aumento de gas con un tope del 500%.

Tan politizada está la Justicia, y tan judicializada está la Política, que al mismo tiempo que se conocía el fallo de la Corte sobre el tarifazo, y la fecha de audiencia que indicaría la chance de reapertura de la denuncia del fallecido Fiscal Alberto Nisman contra la expresidente Cristina Fernández, ésta hacía su segunda incursión en el conurbano bonaerense en lo que va del 2016, en la continuidad de la que muchos presumen es su campaña electoral de cara a las legislativas de 2017. Cristina opinó sobre el fallo, y expresó: “Te piden que apagues la estufa y el aire, pero nunca te dicen que apagues la tele”, en una clara crítica a los medios de comunicación que ella siente la maltratan.

Hay un teorema en la política argentina que popularmente se conoce como el Teorema de Baglini, por el exdiputado Nacional por la UCR Raúl Baglini. Ese teorema explica que mientras uno está más cerca del poder, más conservador se vuelve, y mientras uno está más lejos del poder, más radicalizado en sus posturas se pone. Estamos frente a una Cristina Fernández que semana a semana se pone más dura y recia en sus posiciones y dichos, porque se ve y se siente a sí misma cada vez más lejos del poder, e intenta recuperarlo.

Parece ser que la última palabra se la quieren quedar los jueces, y nunca resulta óptimo que cualquiera de los jugadores se quiera quedar con la frase final sólo por quedársela. Los usuarios comerciales e industriales tienen por delante la posibilidad cierta de seguir reclamando judicialmente, y ello sólo marca un nuevo capítulo de este embrollo. Una novela que también tiene dando vueltas el capítulo de la luz, y con el papel de la Economía, el déficit fiscal, los subsidios y la obra pública orbitando. Se cierra así el capítulo más reciente, que signa la derrota más grande del oficialismo en estos más de 250 días de mandato, y sigue sumiendo a todos los argentinos en el pozo del déficit fiscal y del gasto público.

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