Cristina dijo que los saqueos fueron planificados

La presidenta Cristina Kirchner denunció ayer, durante el acto de festejo por los 30 años del retorno de la democracia, que los saqueos tras las revueltas que dejaron 11 muertos en varias provincias estuvieron planificados. También condenó el reclamo de las fuerzas de seguridad e instó a los gobernadores a encarar una profunda reforma policial. “Los violentos quieren hacernos olvidar y que no nos importen los valores de la democracia”, arrancó su discurso desde el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, en el que trazó las “coincidencias” que dijo tener con el gobierno de Raúl Alfonsín.

“No soy ingenua. No creo en las casualidades ni tampoco en que los hechos se producen por contagio. Algunas cosas que pasan en determinadas fechas y con determinados protagonistas son por planificación y ejecución con precisión quirúrgica”, destacó, para abonar la teoría desestabilizadora que ya había manifestado anteayer su gobierno, en medio de la profunda crisis que se desató en las policías provinciales.

Con pocos gobernadores presentes -la mayoría priorizó quedarse en sus distritos ante las graves consecuencias de la crisis, que ayer tuvo su punto más violento en Tucumán-, la Presidenta reclamó un cambio en las fuerzas provinciales y conminó a los mandatarios “de una buena vez” a encarar una purga policial, informó La Nación. 

Casi no habló de los reclamos salariales ni de las subas que la mayoría de los policías que protestaron consiguieron de sus respectivos gobiernos. Cristina se concentró en cuestionar lo que consideró una “extorsión” y apuntó a sectores políticos a los que no identificó de querer “desgastar la democracia”. Aunque no lo dijo, pareció apuntar a Sergio Massa. La Presidenta usó las mismas palabras que anteayer expuso el secretario de Justicia, Julián Álvarez, cuando cuestionó puntualmente al Frente Renovador, que hizo campaña con el tema de la seguridad. “Sabemos que hay instigación política por los que creen que se pueden ganar elecciones hablando de la seguridad. Quieren instalar el miedo para ganar”, planteó Cristina.

La jefa del Estado cuestionó a la Justicia, que -sostuvo- no defendía a los ciudadanos y reivindicó a su secretario de Seguridad, Sergio Berni, investigado por haber detenido sin orden judicial a manifestantes que cortaban la Panamericana. “Mientras las cosas sigan funcionando así en la Justicia, vamos a tener cada vez más problemas”, planteó.

Sin decretar duelo nacional por los muertos, a quienes no se refirió, la Presidenta contó que en estos días había reflexionado mucho y había decidido mantener en pie el festejo “en honor a los que siguen peleando”. Desde el fondo, los militantes que acompañaron el discurso sin la euforia de otros actos le dedicaron sus cantos a Clarín. “Se sabía, se sabía, que Magnetto maneja la policía.” Apenas los escuchó, la Presidenta sonrió y le hizo un comentario al ministro de Justicia, Julio Alak,que la acompañó en la entrega del premio Azucena Villaflor, que recibió vía teleconferencia desde Barcelona el cantante Joan Manuel Serrat.

Cristina condenó la violencia y los saqueos, insistió en que estuvieron armados y se solidarizó con los afectados. Celebró, además, la unidad política que el acto por los 30 años de la democracia intentó mostrar con la presencia de los ex presidentes Fernando de la Rúa, Adolfo Rodríguez Saá yRicardo Alfonsín, en representación de su padre, Raúl Alfonsín.

Desde el atril, la Presidenta llevaba un vestido blanco a media pierna y un saco de encaje negro. Siempre se mantuvo con un pañuelo de papel en la mano en la media hora que duró su discurso. La rodeaba todo su gabinete, el ministro de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, y un puñado de gobernadores: Daniel Scioli (Buenos Aires), Oscar Jorge (La Pampa), Luis Beder Herrera (La Rioja), Claudio Poggi (San Luis), Juan Carlos Bacileff Ivanoff (Chaco) y Fernando Cotillo (vicegobernador de Santa Cruz). Los ex presidentes que aceptaron la invitación siguieron serios y con pocos aplausos el discurso. Cristina les agradeció la presencia, pero no los nombró, para evitar silbidos. Siempre aclaró que no quería hablar de las diferencias.

La Presidenta hizo durante buena parte de su mensaje una fuerte reivindicación del gobierno de Alfonsín. “Hoy quiero hablar sólo de las coincidencias”, planteó al inicio y así se mantuvo, en sus párrafos más conciliadores. En mitad del salón se habían ubicado Los Irrompibles, agrupación líder de la juventud radical, que cantó en homenaje al mandatario. A tal punto llegó la sintonía con el radicalismo que Cristina consideró que el kirchnerismo había sido la continuidad del alfonsinismo y hasta justificó las medidas tomadas por el radicalismo como una consecuencia de la “libertad condicional” con la que debió gobernar.

Apenas terminó el acto pasó por su despacho, recibió informes de cómo continuaban los reclamos y se fue al escenario de la Plaza de Mayo. Cantó el Himno junto a la actriz Moria Casan y su hija, Sofía Gala, bailó, saludó y se fue otra vez a la quinta de Olivos.

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