Quiere volver a la cumbre del atletismo

La marca norteamericana lucha por ser la primera en hacer la maratón en menos de dos horas, un objetivo que también se han propuesto las firmas rivales de la compañía estadounidense y que se ha convertido en el último recurso de Nike por volver a la cumbre en el mundo del atletismo.

Para muchos, no hay duda. Nike es una de las grandes potencias del atletismo mundial. Sin discusiones de ningún tipo. Más sin embargo, algunas de las pruebas reinas del mundo del atletismo, como las de velocidad, están en manos de Puma, con Usain Bolt como gran embajador, o de adidas, con el keniata Dennis Kimetto, recordman mundial de la maratón. Por tal motivo, para tratar de recuperar ese espacio perdido, Nike (al igual que otras firmas de ropa deportiva) se han propuesto como gran objetivo vestir al primer atleta que sea capaz de bajar el tiempo de la maratón por debajo de las dos horas.

Para conquistar esa vuelta al protagonismo en el mundo del atletismo, Nike ha puesto en marcha el proyecto Breaking2, que precisamente tiene como objetivo bajar las dos horas el tiempo a realizar en la maratón.

Para ello, ya ha elegido el lugar en el que se realizará la prueba, el circuito italiano de Monza; los atletas a participar en la misma, el keniano Eliud Kipchoge, el eritreo Zersenay Tadese y el etíope Lelisa Desisa; y los medios a utilizar para conseguir dicho objetivo.

Dopaje tecnológico

Todo, absolutamente todo, está cuidadosamente estudiado para lograr su objetivo: batir el récord de esas dos horas. Sin embargo, las grandes dudas es en qué condiciones se van a conseguir. Nike pondrá en marcha un proyecto tan artificial que casi garantiza el éxito del mismo antes incluso de disputarse (pocos son los que lo ponen en duda) pero, de igual manera, no son pocos los que critican como se conseguirá y la artificialidad del mismo.

Para comenzar, el circuito elegido ha sido estudiado científica y tecnológicamente por un nutrido grupo de especialistas, científicos y deportistas; la ingesta de bebida estará minuciosamente estudiada; habrá controles médicos in situ a lo largo de los 2.400 metros del circuito y un coche se encargará de ir mostrando los tiempos (por lo que puede ir cortando la resistencia al viento de los deportistas). A todo esto se unirá el diseño de unas zapatillas por parte de Nike expresamente concebida para la ocasión.

Con este escenario, es normal que no sean pocas las voces críticas que no ponen en duda (más bien al contrario, casi lo confirman) que se obtendrá el récord pero que consideran que el mismo se conseguirá en unas condiciones de tan extrema artificialidad que en ningún momento será admitido ni reconocido a nivel internacional, reduciendo todo el “experimento” a una mera acción de marketing para mayor gloria de Nike.

 

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