El Bayern Munich firma con el único aeropuerto de Qatar

Al final, el destino ha mostrado quién llevaba la mejor mano en la partida de póker que están librando el FC Barcelona y Qatar Sports Investment en el objetivo de tratar de alcanzar un acuerdo para la renovación de su actual alianza, el mejor para cada una de las dos partes respectivas. Y todo hace indicar, a tenor de los acontecimientos que se han dado (y precipitado) en las últimas horas, que quien verdaderamente iba de farol en toda esta partida no era otro que el Barça.

La noticia saltaba a lo largo del día de ayer: el Bayern de Munich daba un importante paso en su afán por extender su marca por todo el mundo y alcanzaba uno de los acuerdos de patrocinio más importantes firmados en los últimos meses con la alianza sellada con Doha Airport, el único aeropuerto internacional de Qatar, según comunicaba en su propia página web.

El acuerdo había sido posible gracias a la intermediación, como es habitual en todos los acuerdos de patrocinio deportivo que salen de Qatar, por QSI, el órgano encargado de la gestión y supervisión de todas las alianzas comerciales del país y va a convertir al aeropuerto en uno de los diez socios Platinum que tiene el Bayern, rol por el que deberá abonar unos 15 millones de euros anuales por llevar el logotipo del aeropuerto, HIA, en la camiseta de entrenamiento del club, aunque no podrá lucir el de Qatar Airways, compañía encargada de su gestión, al entrar en confrontación directa con Lufthansa, firma con la que ya tiene una importante alianza el club alemán.

Al Barcelona le entra el apuro

Nada más conocerse dicha alianza, que cogía a más de uno completamente desubicado, las carreras y las prisas fueron la tónica predominante en el FC Barcelona. A pesar de que en las últimas semanas medios afines al club catalán se han esforzado por hacer ver la existencia de tres posibles ofertas con las que la entidad estaría negociando como alternativas (y como forma de presión) a Qatar Airways, una americana, una europea y otra asiática, lo cierto es que en ningún momento se han conocido más detalles de esas supuestas ofertas que, en todo caso, jamás superaban los 60 millones de euros anuales que ponía encima de la mesa Qatar hace unos meses, antes de la celebración de las elecciones presidenciales del club.

Una muestra de ese doble juego con el que ha estado tratando el Barcelona de presionar a Qatar para que éste cediera ante las pretensiones del club es que en el día de ayer, y conocedores del acuerdo del Bayern el acuerdo alcanzado por éste con QSI, el vicepresidente del club, Manel Arroyo, se desplazó nuevamente a Qatar para tratar de desbloquear unas negociaciones a los que los dirigentes de QSI se han negado en rotundo el seguir planteando tras las exigencias de Josep María Bartoméu, presidente del Barça, de romper el acuerdo pactado antes de las elecciones de 60 millones de euros (al que se le sumaría durante la campaña la liberación por parte de Qatar Airways de la camiseta de entrenamiento de los azulgranas) y exigir más dinero a QSI.

Las negociaciones que la entidad estaría manteniendo de manera paralela con otros importantes clubes de Europa, como las que sigue con el PSG, club que le pertenece, para tratar de recuperar el frontal de la camiseta, actualmente en manos de Emirates, para la propia Qatar Airways, o como las que le han llevado al acuerdo con el Bayern, han llevado la inquietud a los dirigentes azulgranas, que ahora ven incluso peligrar el acuerdo de 60 millones de euros que plasmaron hace meses y que ellos mismos se encargaron de convertir en poco menos que papel mojado. 

Comentarios