El nuevo Combate del Siglo, en 2016

El pasado mes de mayo se celebró en Las Vegas el que estuvo considerado en su momento como El Combate del Siglo, la gala de boxeo que enfrentó a Floyd Mayweather con el púgil filipino Manny Pacquiao, una pelea que dejó inalcanzables las expectativas que sobre el mismo se habían generado, con un combate, en opinión de los expertos, insulso y sin apenas atractivo para el espectador. Al menos, deportivamente hablando. Porque donde sí respondió a la expectación generada y sí fue un acierto catalogarlo así fue en el apartado delmarketing y los negocios que se generó a su alrededor.

Ahora, las firmas y marcas comerciales han comenzado a estar expectantes ante una noticia que llega desde pleno corazón de los Estados Unidos: habrá segunda parte en 2016.

El nuevo Combate del Siglo, en 2016

La noticia corrió como la pólvora a lo largo del día de ayer a través de las redes sociales. Manny Pacquiaoaseguraba que habían comenzado las negociaciones para que se celebre la revancha contra Floyd Mayweather en el año próximo, en 2016, un combate que vendría a dar la oportunidad al boxeador filipino de ajustar cuentas contra el norteamericano.

A pesar de que el Mayweather aseguró hace tan sólo un mes, tras su victoria ante el haitiano-americano André Berto que había sido su último combate como profesional, la expectación que ya ha comenzado a generarse en torno a las declaraciones de Pacquiao podrían hacerle cambiar de opinión, una opinión en la que tienen mucho que ver las firmas y casas comerciales.

Una Super Bowl elevada a la enésima potencia

Para muchos, la pelea del pasado mes de mayo fue una Super Bowl, uno de los eventos más mediáticos y capaz de generar más millones de dólares del mundo, elevada a la enésima potencia. Para comenzar, el hotel MGM de Las Vegas donde se celebró el evento pagó una multimillonaria cifra para que el mismo se celebrara allí, cifra que no fue dada a conocer a ciencia cierta pero que tiene muchos ceros tras de sí. ¿Compensó tamaña inversión? Definitivamente sí. Las 6.852 habitaciones del hotel se agotaron en minutos tras conocerse el anuncio del combate. Al precio de dichas habitaciones, que se multiplicó por tres veces su precio normal, hubo que sumarle los millones que los miles de visitantes dejaron en el casino del hotel.

Pero hay más. El combate fue televisado por el sistema pay-per-view y llegó a más de 3 millones de hogares. Si tenemos en cuenta que el precio del mismo osciló entre los 100 y 150 dólares por abono, tendremos que lo que recaudaron las cadenas que lo emitieron rondó los 300-450 millones de dólares, a los que se sumaron los ingresos procedentes de la publicidad y la venta de esos derechos a televisiones de todo el mundo. En números redondos, entre unas y otras cosas, el tema televisión generó más de 1.000 millones de dólares.

En cuanto a los boletos, sólo comparando su precio con el de los eventos deportivos más importantes del último año podremos hacernos una idea de la enorme repercusión que ha generó el combate. Así, para la última edición de la Super Bowl, celebrada a comienzos del pasado mes de Febrero, la entrada más cara se cifró entre los 7.000 y 12.000 dólares. El All Star Game 2015 de la NBA en Nueva York cobró hasta 10.500 dólares por una butaca privilegiada y los mejores asientos del Mundial de Brasil 2014 se pagaron a 6.000 dólares cada uno.

Y aunque todas ellas son cifras gigantescas, no se acercan ni por asomo a lo que se cobró por este combate. Así, por las 17.000 localidades del MGM Grand, que se acabaron en minutos, se obtuvo alrededor de 40 millones de dólares, o lo que es lo mismo, una media de más de 2.300 dólares por entrada, duplicando la mayor recaudación obtenida hasta la fecha por un combate de boxeo en la historia, precisamente un Mayweather – Saul “Canelo” Álvarez.

Para los púgiles, tampoco es cosa de desmerecer la pelea. Pacquiao se embolsó más de 120 millones de dólares mientras que Mayweather anduvo cerca de los 200 millones de dólares. En definitiva, un verdadero negocio para todo el mundo que ahora puede tener segunda parte el año que viene y que amenaza con romper la máxima de que Segundas partes nunca fueron buenas. Ésta, al menos en lo económico, garantiza que sí lo será.

Fuente: Marketing Deportivo

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