¿Un gabinete con radicales?

Tras los festejos por el acotado triunfo que aún protesta el increíble ex candidato a Vicegobernador de Del Sel Jorge Boasso, y políticamente niega el propio Del Sel (sus apoderados no suscribieron el acta de proclamación de candidatos) el Gobernador socialista electo Miguel Lifschitz tendrá el desafío de armar “el gabinete mas frentista del 2007 a la fecha”, según demarcó Felipe Michlig, uno de los 7 senadores radicales que revalidaron categóricamente sus pergaminos.

Lifschitz es por naturaleza un hombre propenso a los consensos y la armonía, cualidades que el Pro puso a prueba de fuego durante el fatigado escrutinio definitivo que lo definiera Gobernador, con una cataratas de chicanas mas políticas que jurídicas, y que finalmente llevara al propio Del Sel a reconocer elípticamente la derrota – sin decirlo – resignando judicializar la cuestión. Lifschitz ignoró la picardía semántica y dijo que no esperaba menos del contrincante. Fin de la tragicomedia.

Finalmente Miguel Lifschitz se impuso por 1496 sufragios por la anulación de votos en la localidad verense de Tartagal.

Los mil y un porqué de la derrota

El Pro comenzó con las autocríticas aquella misma noche fatídica del domingo 14 en Los Maderos, cuando uno de sus máximos dirigentes nacionales, abstraído del nerviosismo conspirativo de sus pares, nos reseñó en cuatro palabras los motivos de tan decepcionante performance: “nos quedamos con los mismos votos que las Paso (el promedio de las nacionales del 2013); el FPCyS también cayó, pero no advertimos la escalada de Perotti. Y Reutemann no nos aportó un solo voto”.

Hoy la catarsis es mas abarcadora, y a Reutemann no sólo le achacan no haber aportado votos con su presencia en la campaña (en verdad casi fantasmal); sino de espantarlos con la cruenta frase “lo acompaño (a Del Sel) hasta ahí y porque me lo pidió Mauricio (Macri)”; amen de haber ponderado al candidato Perotti. De ahí que en el politburó del Pro vernáculo por ahora solo dicen que trabajarán para “Macri Presidente”.

A la esquiva figura del actual Senador nacional en busca de su tercera reelección, le agregan el brulote del ex candidato a Vice Gobernador radical rosarino Jorge Boasso, quien trató de “Jeques” a los senadores que hubieran sido sus futuros pares por la suculenta suma mensual para subsidios que por ley perciben. También en cenáculos del Pro analizan como inconvenientes las inoportunas exposiciones públicas de Juan Carlos Mercier, ex Ministro de Reutemann, espantando el voto de los empleados públicos en esta capital, y en Rosario al coordinador de los equipos educativos Miguel Sedoff que hizo lo propio con la docencia del Sur.

Esto referido a los nombres propios, pero un análisis más fino y profesional de la campaña enfoca hacia los ideólogos de la campaña publicitaria de Miguel del Sel por la carencia de una estrategia para las elecciones generales diferenciada de las Paso; hasta en el propio socialismo se asombran de la falta de lucidez en ese sentido. “No supimos responder a la campaña sucia del socialismo, y carecimos de propuestas concretas para captar los 100 mil votos que nos hacían falta para ganar la elección sin sobresaltos, dejándole el campo orégano a Omar Perotti”, se sinceró un aliado del Pro.

“¿Cómo puede ser que con 160 mil votos arriba hayamos perdido la elección por 1400?”, se laceran los macristas santafesinos. Las respuestas podrían ser tan infinitas como combinaciones se quieran hacer; pero fue evidente que la relajación después del holgado triunfo en las Paso, pensando más en los cargos a ocupar que en rematar la campaña, fue neurálgico. “¿Estás preparado para perder”, le preguntamos a Del Sel poco después del triunfo en las Paso; sorprendido nos respondió de manual: “se gana o se pierde”, pero inmediatamente aseguró que iba a trabajar intensamente para sostener el resultado de las primarias hasta el último minuto. El candidato puso lo suyo. Otros evidentemente no.

Un experimentado diputado peronista, hoy aliado con el Pro, hacía notar la carencia de armado territorial (clave del triunfo frentista) para “cuidar y acompañar” al candidato, que sólo quedó en el frente de batalla sólo con su carisma. Que no fue poco, a la luz de tamaña elección. Pero insuficiente.

El FPCyS, en cambio, hizo lo que indican los libros tras el knockout de las Paso. Rediseñó su esquema de campaña; en Rosario prácticamente intervinieron el comité de campaña de Mónica Fein, poniendo en cancha el goleador que habían dejado en el banco durante las primarias: Hermes Binner, quien acompañado por el exitosísimo Pablo Javkyn dieron vuelta la elección en 60 días.

Mientras tanto, en el resto de la Provincia apelaron a lo que veníamos describiendo desde estas páginas: la militancia del radicalismo y su despliegue territorial. Los senadores radicales le sumaron a Miguel Lifschitz casi cien mil votos que valieron su peso en oro.

Había que descontar puntos en Rosario y Santa Fe. Pablo Javkyn junto a la intendente Mónica Fein en Rosario, y el intendente José Corral y el deslumbrante candidato a Senador, el periodista Emilio Jatón en esta capital cumplieron su cometido.

El voto radical que acompañó a Mario Barletta en las Paso quedó en el Frente. Y Omar Perotti también junto a la militancia se ocupó de hacer el resto, fidelizando las voluntades peronistas. Dos aspectos en los que el Pro no creía tras las primarias, alucinados por las encuestas. La política no es aritmética. Es una ciencia social. El PJ y el FPCyS la conocen desde siempre. El Pro y Miguel Del Sel aún tienen por delante – si quieren seguir vigente – un largo camino de aprendizaje; no alcanza con comprar llave en mano.

Carlos Reutemann, “el gran tester”, percibió claramente en el último tramo de campaña que algo no andaba bien, y aquella aciaga noche de la agresión lo advirtió en la conferencia de prensa: “hay que ganar en la localía”, dijo (Del Sel perdió en su ciudad, Santa Fe) y remató con “yo nunca anticipé un resultado antes de contar los votos”. Minutos antes, los operadores de campaña le aseguraban que Del Sel ganaría por no menos de siete puntos, de los cuales a ésa altura ya descreía.

Hoy Reutemann es mirado como carne de cogote por los personeros del Pro; y motivos no le faltan, podía haberse guardado su sinceridad. Pero ya lo habíamos advertido en esta columna: Reutemann no se hace cargo de lo que no forma parte. Y no formaba parte de la campaña de Del Sel. Solo estaba allí para asegurarse la candidatura a Senador nacional. ¿Trabajará el Pro para Reutemann?. Poco le debe importar, con que trabajen para Macri es suficiente: él va pegado en la boleta.

Hoy el macrismo santafesino baraja y da de nuevo con el GPS rumbo a las definitorias nacionales. Mauricio Macri le habría renovado la confianza como jefe de campaña al diputado rosarino Federico Angelini, mientras en la Fundación Pensar de esta capital ya están trabajando para “Macri Presidente” con Alvaro González al frente.

Rumbo a las nacionales

Mientras tanto, Carlos Reutemann pondrá en juego el 25 de octubre (previo paso por las Primarias del 9 de agosto) su invicto electoral desde que debutó en política en el año 1991, frente a Hermes Binner y el ascendente Omar Perotti. Una parada por demás difícil teniendo en cuenta que ya no correrá con la expansiva escudería PJ acompañará a Perotti, quien lo acaba de poner en el umbral del piso histórico.

Solamente la sinergia Macri- Reutemann de cara al voto independiente respaldará las chances del actual senador para seguir – aunque más no sea por la minoría – en el senado hasta el 2021.

Ya no estarán los presidentes de mesa entregando la boleta única a cada elector; esta vez se corre el riesgo de la boleta sábana, tan propensa a “desaparecer” de los pupitres en las escuelas, para lo cual la actividad de los fiscales será trascendente.

El gabinete frentista de Lifschitz

“Será un larga y tediosa negociación”, resumió el senador radical venadense Lisandro Enrico lo que seguramente ya comenzó: el complejo entramado del gabinete de Miguel Lifschitz.

El jefe del bloque de senadores radicales Felipe Michlig reboza de optimismo: “vamos a consolidar el FPCyS”, asegura; mientras el diputado correligionario Julián Galdeano le pone un poco de serenidad a tanta ansiedad: “hasta después de las elecciones nacionales no se hablará de los Ministros”, y subraya: “no sería prudente que con seis meses por delante de esta gestión, los actuales ministros ya tengan sobre sus cabezas a los reemplazantes”.

Desde los despachos de la Casa Gris le auguran a Lifschitz un armado libre de presiones por parte de la actual gestión. “Miguel tiene que decidir con quienes empezará esta nueva etapa del FPCyS; con Hermes (Binner) habíamos hecho una carrea de postas; él arrancará desde cero”, resumieron.

Se terminaron los acertijos de las encuestas; empiezan las adivinanzas con el gabinete.

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