La economía en la recta de final de la transición presidencial

De cara al ballotage, la economía argentina se mueve entre la incertidumbre, los desequilibrios estructurales y la cautela de los agentes económicos

La incertidumbre por quién será el próximo presidente, ha dejado a la economía en una suerte de “stand by” en todos los planos: consumo, producción e inversión. Qué pasará con el dólar, las restricciones, la inflación, el nivel de actividad, los holdouts, el rojo fiscal y las reservas son los grandes interrogantes que estaban antes del domingo pasado y aún perduran. 

Si bien luego de los resultados de los comicios las expectativas marcan un cambio positivo. Lo cierto, es que los desbalances macroeconómicos con los que deberá lidiar el próximo presidente son cuanto menos preocupantes. Déficit fiscal en el orden de los 7/8 puntos del producto, actividad económica estancada sin la consecuente generación de empleo, inflación entre las más altas del mundo y un Banco Central descapitalizado parecen ser los principales dilemas a resolver. Políticas de corte gradualista o de shock para realizar el ajuste siguen siendo las alternativas, con resultados diferentes en cada una de ellas.

En este contexto, la escasez de dólares se acentuó en estos días y el gobierno decidió reforzar el cepo -que por esta fecha cumple cuatro años-. Resolvió, con el fin de frenar la sangría de reservas, aumentar las restricciones para los importadores reduciendo a la mitad el tope diario, obligar a las aseguradoras a liquidar parte de sus bonos en dólares y subir las tasas de interés de las LEBAC. Una clara muestra que los dólares no alcanzan.

Además, preocupan las potenciales perdidas que tendría el BCRA por sinceramiento del tipo de cambio oficial, ante las intervenciones sistemáticas que estuvo realizando en los mercados a futuro, las posiciones vendidas abiertas se acercan a los U$S 12.000 millones. Siendo necesario aclarar que las erogaciones y por lo tanto pérdida del BCRA serían en el momento cero de la devaluación ya que el pago por los movimientos negativos en los precios no se realiza al vencimiento de cada contrato sino que se asume en el momento en que varían los precios. Es decir, cuando se sincere el valor del dólar, el BCRA enfrentará el pago de diferencias diarias en forma inmediata y las pérdidas podrían superar los $30.000 millones, el equivalente al 6% de la Base Monetaria

Uno de las causas de la falta de divisas es la caída de las exportaciones, que frena el flujo de ingresos de divisas al país. Para el período enero – septiembre las mismas descendieron un 16% anual (se estima que la caída real es aún mayor) producto de la pérdida de competitividad, por la presión fiscal, la falta de financiamiento, la inflación y las barreras comerciales y cambiarias. Por su parte, los consumidores se muestran muy cuidadosos y un tanto desconfiados, a la espera de un horizonte más previsible para poder gastar en un marco de alto endeudamiento -producto de las tentadoras financiaciones- de tasa de inflación del orden del 30% y de nivel de actividad paralizado. Atrás quedó la fiebre del consumo.

Es de esperar entonces que durante la transición presidencial, la complicada economía Argentina esté signada por lo que suceda básicamente en el plano financiero y las expectativas que pueda generar el próximo gobierno. La demanda de dólares, las mayores trabas a la compra de divisas y el nivel de reservas parecen ser las variables que marcarán el pulso a una economía muy golpeada, que necesita cuanto antes, comenzar a corregir de raíz las grandes distorsiones que se generaron en los últimos años. 

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