La pobre política de la dependencia estatal

Durante los últimos 12 años gobernó al país el oportunismo, el clientelismo y el populismo. Esto no es una simple opinión, es un hecho y queda demostrado por los números, que dan cuenta de que la pobreza actual es consecuencia de las decisiones políticas tomadas en la última décadabasadas en medidas que no resuelven los problemas estructurales, sino que aparentan una mejoría que no es real.

Mientras para publicidad de los actos de Gobierno se destinan 1814 millones de pesos anuales, solo 476 millones fueron designados para la realización de las tan necesarias obras hídricas que hubiesen evitado la pérdida de más de mil millones de pesos tan solo en el sector agrícola bonaerense, sin contar las miles de familias que perdieron absolutamente todo. Mientras que en Aerolíneas Argentinas y Fútbol para Todos -empresas que podrían generar enormes ganancias con una óptima administración dentro del ámbito estatal- se gastan 4544 millones de pesos y 1742,7 millones de pesos anuales respectivamente, en la urbanización de villas se destinan 1641 millones.

Jamás se pensó en mejorarle la vida a la gente, se utilizaron los recursos de una de las épocas de mayor bonanza para nuestro sector productivo en “pintar una casa sin cimientos”, brindar nuevos servicios dignos de países desarrollados en un país que apenas logró recuperarse de la crisis del 2001, pero sin expandir su capacidad productiva, generándose empleo público como nunca antes en nuestra historia, sin alentar al emprendimiento privado. Esto llevó a que se gastara más de los que se producía, lo que tuvo como consecuencia un déficit fiscal financiado con el más tramposo de los impuestos que un gobernante puede imponer: la inflación.

Un sector productivo cada vez más apaleado, derritiéndose sus ahorros en sus manos, con la carga tributaria más alta de la historia nacional, sin seguridad jurídica y con un atraso cambiario que aumenta los costos de producción dentro del país, pero reduce las ganancias debido al artificialmente bajo dólar oficial, hacen de la exportación algo cada vez más inviable, poniéndole un techo muy bajo a nuestras empresas, las cuales no crecen desde hace más de 4 años.

Ante esto la pobreza aumentó año tras año, alcanzando al día de hoy a un 28,7 % de los argentinos. Pero hay un dato aun más preocupante: que en ese porcentaje entra el 40,4 % de los niños y los adolescentes del país, por lo que los84.900 millones de dólares de deuda que nos dejaron a pagar en el próximo período presidencial es la menor de nuestras preocupaciones a futuro.

Sin dar brazo a torcer, en lugar de alentar la creación de empleo genuino y sostenible, para emparchar la situación fueron incrementando los planes sociales, que pasaron de 74.370 millones de pesos en 2013 a 157.209 millones en 2015. Hay que aclarar que estos subsidios son necesarios ante las enormes carencias de la gente, pero por supuesto que no son una solución, por lo que su incremento es preocupante, ya que indica la baja capacidad de salir de la pobreza que dejó el mandato kirchnerista en los individuos.

Teniendo en cuenta que las políticas fueron llevadas a cabo con total conciencia y han sido defendidas pese a sus paupérrimos resultados, podemos afirmar que, sin lugar a dudas, la pobreza no es más que una decisión de Gobierno y la dependencia estatal es una política de Estado.

Comentarios