Sorpresivo giro en la puja por quedarse con Shell

La novela en torno al destino de los activos de Shell en la Argentina no para de sumar capítulos. 

Cuando todo parecía encaminado al desembarco de una “desconocida” -la multinacional Trafigura-, el devenir de los acontecimientos cambia por completo, a raíz de una maniobra impensada.

Sucede que a la compulsa por quedarse con la red de estaciones de la angloholandesa no sólo acaba de sumarse un actor de último momento sino que, además, en el sector hasta lo dan como ganador

Más allá de lo sorpresivo de esta irrupción, lo particular del caso radica en su “ADN“: se trata de una empresa cuyo 50% es propiedad, justamente, de la petrolera Shell. Con base de operaciones en Brasil, Raízen Energía es una compañía que se especializa en el desarrollo y comercialización de etanol y otros derivados de la caña de azúcar. Esta empresa, que surgió en recién 2011, es fruto de una asociación entre la europea y Cosan, una de las firmas brasileñas más potentes en materia de biocombustibles, energía, logística e, incluso, producción agropecuaria.

Dueña de una posición que oscila entre el tercer y el cuarto puesto en cuanto a facturación en el país vecino (u$s25.000 millones anuales), encabeza la generación de etanol, con un promedio de 2.500 millones de litros al año. Tiene como meta, en breve, duplicar esa cantidad.

En Brasil, Raízen Energía opera más de 4.700 estaciones de servicio con bandera de (justamente) Shell. También controla más de 50 puntos de distribución, siempre con el logo de la angloholandesa. 

En la Argentina, en el segmento del expendio observan este movimiento como una jugada estratégica para no salir por completo del mercado. 

En todo caso, la venta a una firma controlada por la propia europea es interpretada como una suerte de “repliegue temporal“.

“El hecho de que una compañía -de la que la propia Shell participa- esté por quedarse con los activos en el país suma misterio a una operación por demás extraña“, aseguró a iProfesional Raúl Castellano, secretario de la Cámara de Empresarios del Combustible (CEC).

“Es sabido que la petrolera les exigía a todos los potenciales compradores que mantuvieran la marca, una vez cerrado el traspaso. La opción de Raízen Energía simplificaría todo ese proceso”, añadió.

En torno al Ministerio de Energía, una fuente consultada por este medio también interpretó la aparición de esta empresa como el intento de la angloholandesa por preservar el poder de su marca en el negocio del expendio de combustibles. 

“Hay que recordar que Shell pudo aumentar tres puntos su participación de mercado sólo en lo que va de este año. Suena lógico entonces que intente mantenerse a la ‘vista‘ de los clientes a través de un tercero del que forma parte”, aseguró otro experto consultado que pidió no ser mencionado.

En su visión, de concretarse, la operación “debe leerse como un falso retiro, como un repliegue de tipo estratégico pero no definitivo“.

Según aseguraron empresarios del rubro, Raízen Energía está dispuesta a abonar u$s1.200 millones para quedarse con los activos de Shell en la Argentina. 

Ese monto empata la propuesta de Trafigura, con una diferencia lógica a favor de la brasileña por su relación directa con quien vende.

Esta última, que venía siendo la gran candidata hasta la irrupción de Raízen Energía, si bien sigue con chances ahora corre por detrás de la brasileña. 

Fundada en 1993, Trafigura ya tiene presencia en este país a través de su marca Puma Energy. 

En los últimos años, efectuó desembolsos por hasta u$s450 millones para pisar fuerte en toda la región.

Esa inyección de capital tuvo como objeto mejorarle el abastecimiento de combustibles a sus clientes corporativos en BoliviaUruguay Argentina, a través de remolcadores y barcazas.

Con sede en Ginebra, cuenta con 4.000 empleados. En estas últimas dos décadas fue estableciendo filiales en Cuba, Puerto Rico, Guatemala, El Salvador, Honduras, República Dominicana y Paraguay. 

Semejante despliegue le aseguró el control de unas 800 estaciones de servicio y dos refinerías en América latina.

El hecho de que Trafigura también se haya ‘escapado’ del resto en la negociación que se venía manteniendo en estos meses también había despertado sospechas.

Es que entre los empresarios está instalada la idea de que también está participada por accionistas con presencia en Shell. 

“En concreto, pareciera que la petrolera negocia permanentemente consigo misma“, reflexionó Castellano.

Por el lado de Raízen Energía, además de su poderío en el segmento de los biocombustibles, es la principal productora brasileña de electricidad a partir de biomasa

Para dar una idea de la envergadura del negocio que controla, basta decir que posee 13 centrales termoeléctricas a las que abastece con refinados provenientes de 24 planta de producción de etanol que, por cierto, también le pertenecen.

Raízen Energía procesa 66 millones de toneladas de caña de azúcar en la nación limítrofe. 

El 70% del insumo dulce que genera tiene como destino el mercado internacional, con China, Rusia, Indonesia, entre sus principales clientes.

Una vez que cierre el traspaso de sus activos domésticos, la Shell actual ” sólo mantendrá presencia en la Argentina en el negocio de la exploraciónexplotación de yacimientos de petróleo no convencionales.

La mayoría de ellos se ubica en el reservorio Vaca Muerta, en Neuquén. 

Justamente en esa zona obtuvo resultados positivos en sus operaciones en las áreas de Sierras Blancas y Cruz de Lorena. 

Además, posee una serie de acuerdos rubricados con YPF para avanzar con futuras extracciones en los alrededores de la localidad de Añelo. 

Para la concreción de su plan en la Patagonia, la petrolera tiene previsto desembolsar hasta u$s300 millones en etapas. 

En cuanto a los activos que ahora negocia más directamente con Raízen Energía, apunta a desprenderse de una refinería en Dock Sud y de una red de 630 estaciones de servicio.

¿Por qué? Básicamente, porque necesita fondos para poder hacer frente a las compras millonarias que hizo a nivel global en este último tiempo. 

Por citar un ejemplo, en enero del año pasado Shell cerró la adquisición del gigante gasífero británico BG Group.

La angloholandesa comunicó oficialmente su plan para desprenderse de activos por más de u$s30.000 millones distribuidos en el mundo, con el fin de reducir su abultada deuda. 

Por cierto, ya ha venido avanzando en esta reestructuración, que impacta en la región y, claro está, de la que Argentina no está exenta.

En 2011, Quiñenco se quedó con toda la operatoria de Shell en Chile. Tres años más tarde, la angloholandesa vendió buena parte de sus concesiones en Brasil Qatar Petroleum Internacional

En el país tiene presencia con su red de estaciones y con la única refinería que opera en esta parte del mundo, ubicada en el conurbano bonaerense.

De cerrar la operación con Raízen Energía, habrá logrado “salirse” (de forma simbólica) de un negocio en el que seguirá estando presente

Paradojas de un sector que, más allá de su rentabilidad comprobada, navega desde hace tiempo por aguas inciertas y plagadas de redefiniciones, al menos en la Argentina.

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