Minimizar las pérdidas por clima

“Gestión del Riesgo en Empresas Agropecuarias”, fue la tercera exposición en el Congreso de Aapresid. Se planteó la intención de que las aseguradoras puedan expandir sus espectros de coberturas, de modo que los fondos estatales destinados a distintas emergencias climáticas puedan volcarse directamente a obras de infraestructura que disminuyan los altos riesgos vigentes, en un contexto en el que los productores sufren pérdidas millonarias a raíz de los feroces eventos climatológicos.

El primero en hablar al respecto fue Enrique Moro (representante de Aapresid), quien realizó una introducción sobre “las pérdidas millonarias que hubo entre fines de 2016 y principios de 2017 superando solamente en La Pampa los 1000 millones de pesos”, cuando los fondos nacionales volcados por la Emergencia Agropecuaria “totalizan 500 millones de pesos”, entendiendo que “no alcanzan para las crisis climáticas que venimos teniendo”. En la misma línea adelantó que “el mundo está actualmente invirtiendo en prevención”.

Al respecto, Sandra Occhiuzzi (Coordinadora Oficina de Riesgo Agropecuario del Ministerio de Agroindustria de la Nación), se refirió sobre la incertidumbre existente frente a los inconvenientes climáticos actuales que inciden directa e indirectamente en los precios de los commodities, en la política agraria, entre otros. “Desde el Ministerio estamos pensando en qué hacer y por eso nos enfocamos en generar más información e instrumentos para atender este tipo de problemáticas”. “Debemos trabajar fuerte en la difusión y transferencia de tecnología, es decir en la gestión del riesgo a través de un Sistema de Integración y Validación de Información meteorológica de redes públicas y privadas; Desarrollo de Sistemas de Alerta Temprana y Monitoreo de la campaña agrícola; Mapas de Áreas Aptas para cultivos y Desarrollo de SIG para evaluación de riesgos”.

Otra de las medidas que destacó Occhiuzzi, se acerca de un proyecto financiado en parte con el Banco Mundial, el cual incluye a todas las provincias del país para “mejorar caminos, es decir obras de infraestructura, promoción de tecnología, capacitación y asistencia técnica de la adopción tecnológica y fortalecer las entidades”. Básicamente se pretende mejorar la respuesta en situaciones de emergencias climáticas y optimizar los seguros de los cultivos.

Una de las novedades que la coordinadora expuso fue el lanzamiento de SIVImet (una importante herramienta multimedia que está al alcance del público en general integrando datos de actualización continua provistos por diferentes instituciones públicas y privadas) al tiempo que expresó que “es necesario trabajar en conjunto entre redes privadas y públicas y así perfeccionar las mediciones y lograr medir el clima en el largo plazo, que permitiría afianzar medidas preventivas”. Otro dato importante que deslizó la funcionaria fue que “se está trabajando con las aseguradoras para elaborar un plan de seguro hortícola fundamentalmente en las provincias de Corrientes y Santa Fe”.

El segundo de los expositores fue Carlos Comas (Adira, La Segunda), quien se enfocó en el seguro agropecuario haciendo hincapié en datos comparativos entre distintos países de América Latina. “En Argentina hoy en día hay 25 aseguradoras  de las cuales 5 cubren el 70% del mercado, el 50% de la superficie sembrada en el país está asegurada, la cobertura principal para la producción Agrícola es el Granizo con adicionales (99, 5%), mientras que el resto es cobertura Multirriesgo”. Otros número interesantes que arrojó son que, por ejemplo, “los seguros Ganaderos alcanzan el 0, 033% y los que se aseguran mayormente son los cultivos extensivos, es decir los principales: Soja, Maíz, Trigo y Girasol”. Y, agregó: “No existe subsidio del gobierno, salvo excepciones en programas específicos”.

Frente a este panorama, Comas infirió en que “hoy hay en Argentina seguros de daños (tradicional) y los seguros paramétricos/índices (se indemniza por el índice)”. “En nuestro país –continuó- tenemos entre un 50% y 60% cantidad de hectáreas aseguradas sobre sembradas; Uruguay tiene desarrollo en agricultura y forestales (mientras que Argentina no); Chile tiene muchas más hectáreas forestales aseguradas; México desarrolló mucho el seguro ganadero a través de un índice paramétrico y es un proyecto en el que buscamos involucrarnos”.

El cambio climático que viene provocando catástrofes de forma ascendente “desde la década del ’70 al 2010”, por lo que se evidencia que “son cuestiones que los productores agropecuarios deben enfrentar cotidianamente”. Por estos eventos, “son millones de dólares los que se pierden, por eso los productores deben tomar conciencia y evolucionar hacia seguros más avanzados”. En rigor, Comas recordó que se presentaron tres proyectos en el Congreso (2012 y dos en 2016), aunque ninguno fue sancionado.

Desde el Ministerio de Agroindustria, “se presentó un programa piloto –explica el referente de La Segunda- para elaborar de forma experimental un Seguro Índice para los productores que contemplará inundación y sequía, por eso deseamos estar presentes para colaborar en el proyecto”. Frente a la falta de una ley Nacional de Seguros Agropecuarios, Comas opinó que “es el momento indicado con este marco para que se pueda ejecutar y llevar adelante, porque la variabilidad climática está presente y van en incremento las catástrofes”.

Los objetivos que planteó frente a este marco, son generar un conjunto de instrumentos, que permitan ampliar el marco de las coberturas de seguros, fomentar el avance de desarrollos de seguros para producciones ganaderas y forestales, entre otros, “porque son muchos los productores desprotegidos y tantos otros los que no tienen margen de rentabilidad para sustentarse con un seguro, por eso es importante otorgar subsidios en ese sentido”.

Por su parte, Javier Canniggia (director de Emergencias y Desastre Agropecuarios del Ministerio de Agroindustria de la Nación) fue el último en disertar en la exposición. “Estamos convencidos en que la Emergencia Agropecuaria debe perdurar y más cuando el mercado de seguros progrese, por eso queremos mostrar qué es lo que estamos intentando hacer.

En este sentido, apuntó que desde el gobierno se trabaja en reducir la vulnerabilidad, pérdidas sociales y económicas del sector agroindustrial. La idea es que el fondo de Emergencia pueda, en un futuro, ser utilizado para obras de infraestructura que reduzcan severamente el impacto de eventos catastróficos, sobre todo porque se “está llegando tarde”.

En la misma línea, Canniggia aseveró que “la intención es completar el sistema de gestión de riego a través del mercado de seguros y coberturas, un poco lo que se viene realizando en equipo es este desarrollo junto al Banco Mundial y esperamos ver próximamente los resultados, mientras tanto con la ley vigente seguimos asistiendo a los productores que tenemos”.

Finalmente, Enrique Moro, por ser moderador, brindó una breve conclusión tras más de una hora de exposiciones y alertó que “hay dos cuestiones que no podemos manejar: mercado y clima; en relación a mercado tenemos herramientas para trabajar, en lo climático estamos desamparados, pero creemos que lo de hoy no es punto de llegada sino un punto de partida, porque estoy convencido de la virtud que tienen los proyectos públicos privados” y subrayó que “está orgulloso que en el día de la fecha se puedan abordar temas tan complejos”.

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