Mano a mano con los que mas saben de fertilización

En el marco del “Simposio Fertilidad 2015”, que organizaron Fertilizar Asociación Civil y el IPNI Cono Sur bajo el lema “Nutriendo los suelos para las generaciones del futuro”, se realizó un panel de cierre con un grupo de selectos especialistas en manejo de fertilidad de suelos y nutrición de cultivos quienes respondieron consultas del público.

El panel contó con un total de seis especialistas en el área, que desarrollan su actividad en distintas regiones agroclimáticas de Argentina: Pedro Barbagelata (INTA Paraná), Gustavo Ferraris (INTA Pergamino), Nahuel Reussi Calvo (UI FCA-INTA Balcarce, Fertilab) Fernando Salvagiotti (INTA Oliveros), Luis Ventimiglia (INTA 9 de Julio), y Cristian Salomón (Monsanto).

Bajo el marco de los cuatro requisitos (4R’s) de la nutrición -dosis, fuente, forma y momento correctos de aplicación de los nutrientes-, los integrantes del panel especial respondieron a inquietudes relacionadas a las herramientas de diagnóstico nutricional de los cultivos y discutieron el aporte de nuevas tecnologías de manejo de la fertilización. “Con el panel Mano a mano con los que saben de fertilización de cultivos intentamos que la audiencia tenga un espacio exclusivo para despejar dudas y consultas acerca del manejo de la nutrición de cultivos y suelos”, señaló el Dr. Fernando García, Director Regional de IPNI Cono Sur, uno de los organizadores del Simposio.

Parte de las preguntas que contestaron los expertos fueron recibidas con anticipación al Simposio, mientras que otra parte se correspondió a consultas surgidas durante los dos días del evento. ¿Qué tan confiables son los datos de análisis de suelos?, ¿Cómo manejamos el nitrógeno en maíces tardíos?, ¿Cómo podemos mejorar los contenidos de proteína en soja?, ¿Cómo diagnosticamos deficiencias de zinc?, ¿Cuándo es necesario encalar un suelo?, ¿Qué fuentes y formas de aplicación de fósforo son más recomendables?, ¿Cómo manejamos la nutrición de soja en el NOA?, entre otras, son las inquietudes que se trataron.

En este marco y contemplando interrogantes y planteos realizados a los referentes durante el mismo, algunos de los aportes que se concretaron fueron:

  • “El método Bray para fósforo es una herramienta que nos muestra una probabilidad de respuesta al nutriente, pero nunca nos asegura cuánto va a rendir un determinado cultivo”, expresó Pedro Barbagelata. Y agregó: “Es clave comprender la importancia de lograr un balance positivo de P en los suelos para favorecer la producción de los distintos cultivos”.
  • “Dentro de las alternativas para mejorar los niveles de proteína en soja desde la nutrición, podemos destacar a la posibilidad de favorecer una mayor interacción de nutrientes por medio de una fertilización balanceada que incorpore fósforo y azufre”, describió Gustavo Ferraris. Por otro lado, agregó que uno de cada tres cultivos de soja responde a micronutrientes y esta frecuencia es mayor en años secos, señalando que los microelementos pueden ayudar a tolerar mejor diferentes tipos de estrés como sequía, defoliación, entre otros.
  • “Análisis de suelo complementarios como el nitrógeno anaeróbico (Nan) otorgan la posibilidad de mejorar los ajustes entre los rendimientos de maíz y la disponibilidad de nitrógeno a la siembra más el fertilizante”, comentó Reussi Calvo y señaló que se registra una mayor mineralización de N en maíces de siembras tardías del norte de la región pampeana, respecto a siembras tempranas de la misma zona y del sudeste bonaerense. Por otra parte, el especialista destacó que “para entender la variabilidad de resultados que existe entre los diagnósticos de laboratorio, deberemos primero entender la importancia de mejorar no solo la calidad en la toma de muestra para el análisis de suelo, sino también la frecuencia de los mismos. Además y ya refiriéndonos a la interpretación del resultado, será clave lograr una mayor comunión entre la forma en que los laboratorios informan, su infraestructura, entre otras variables”, puntualizó Reussi Calvo.
  • Refiriéndose al caso del maíz, especialmente tardíos y de segunda, Fernando Salvagiotti destacó la importancia de realizar análisis de suelo al igual que para los cultivos de primera y sobre todo de complementar el análisis con información de a qué rendimientos apuntamos, qué cultivos fueron los antecesores, cómo se fertilizaron y cómo rindieron. “Al contar con este tipo de datos podemos diseñar mejores estrategias para mejorar la eficiencia de uso del nitrógeno”, remarcó.
  • “Es factible aplicar fósforo al voleo, pero necesitamos que la dosis no sea homeopática para garantizar la uniformidad y también precisamos un determinado tiempo para que se incorpore y pueda estar disponible para el cultivo. En este sentido, cuando necesitamos incrementar gradualmente el fósforo en el suelo y también asegurar un buen arranque del cultivo, dividir la aplicación entre dosis altas en pre-siembra al voleo y dosis bajas en bandas o en la línea a la siembra es una alternativa que da buenos resultados”, explicó Luis Ventimiglia.
  • “El girasol es uno de los cultivos que mejor respuesta tiene ante la fertilización nitrogenada en la zona del Chaco. Respecto del cultivo en sí, los productores del norte de nuestro país que lo incluyen en una rotación sustentable, son rentables”, puntualizó Cristian Salomón. Y agregó: “En la región del NEA donde mayor presencia tiene la agricultura, es difícil lograr dos cultivos en un mismo año, más allá de lo cual la clave está en introducir una gramínea carbono 4 cada dos años en la rotación”. 
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